El pasado mes me empujó al cine la historia de una pareja de pintores. Ver en el tráiler cómo se manejaban con los pinceles, fue lo que me llevó a comprar la entrada para La chica danesa. El hecho de que los protagonistas fueran artistas me llamaba más la atención que el tema central de la película, ya que en realidad ésta se centra en la biografía de Einar Wegener (más tarde Lili Elbe), el primer hombre sometido a una intervención quirúrgica de reasignación de sexo, considerado hoy día un referente en la lucha por la reivindicación de los derechos de los transexuales.
Gerda Gottlieb y Einar Mogens Wegener, en una exposición de Gerda en 1926 |
Gerda Wegener fue una pintora e ilustradora danesa (Copenhague, 1886) que destacó por sus retratos y por las ilustraciones que realizó para diversas editoriales y revistas de la época.
Y Einar Mogens Wegener (Vejle, 1882) fue un renombrado paisajista danés, que estando casado con Gerda descubrió su verdadera sexualidad. Se sentía una mujer atrapada en el cuerpo de un hombre y, poco a poco, comenzó a reinventarse bajo el nombre de Lili Elbe, posando para Gerda en la mayoría de sus cuadros.
Ya como Lili, Einar dejó de pintar, pues consideraba que la pintura pertenecía a su pasado como hombre. A pesar de todo, ambas continuaron su relación de pareja. En 1930, el gobierno reconoció su nueva identidad y anuló su matrimonio. Gerda siguió unida al que fuera su marido y lo apoyó en todo el proceso de reasignación y cambio de sexo, acompañándolo en sus diversas operaciones quirúrgicas. Lamentablemente, Lili no sobreviviría a su quinta intervención, cuando le realizaban un trasplante de útero para cumplir el mayor de sus deseos: ser madre.
El film está basado libremente en la novela homónima de David Ebershoff, publicada en 2001, quien a su vez se inspiró en Man into Woman, editada tras la muerte de Lili en 1931 y donde, bajo el pseudónimo de Niels Hoyer, su amigo Ernst Ludwing Hathorn Jacobson recopiló textos del diario de Einar y del correo mantenido con Gerda para construir lo que sería el reflejo de esa primera transformación de género en una persona.
La película consigue atraparte en esa época de los años 20 y 30; en la atmósfera del Copenhague y el París donde vivieron entre artistas, fiestas y eventos culturales; y en el amor incondicional que sentían el uno por el otro. Ese amor, ese sentimiento que no para de latir en la película, Alicia Vikander (Gerda) lo borda. Sin embargo, no se plasma con la misma intensidad el resto de emociones: todas esas frustraciones, decepciones y presiones a las que debieron estar sometidas las dos, Lili y Gerda. Además, en algunos momentos Eddie Redmayne (Einar/Lili) me parecía sobreactuado, y en el metraje se presentan ciertos saltos y lagunas que hacen perder el ritmo del tiempo.
Quizás se trate de una vida demasiado sentida e intensa para poder ser abarcada o contada en apenas dos horas de proyección.
Obra de Gerda Wegener |
Obra de Gerda Wegener |
Ilustración de Gerda Wegener |
Ilustración de Gerda Wegener |
Y Einar Mogens Wegener (Vejle, 1882) fue un renombrado paisajista danés, que estando casado con Gerda descubrió su verdadera sexualidad. Se sentía una mujer atrapada en el cuerpo de un hombre y, poco a poco, comenzó a reinventarse bajo el nombre de Lili Elbe, posando para Gerda en la mayoría de sus cuadros.
Lili Elbe retratada por Gerda Wegener |
Óleo de Gerda Wegener |
Ya como Lili, Einar dejó de pintar, pues consideraba que la pintura pertenecía a su pasado como hombre. A pesar de todo, ambas continuaron su relación de pareja. En 1930, el gobierno reconoció su nueva identidad y anuló su matrimonio. Gerda siguió unida al que fuera su marido y lo apoyó en todo el proceso de reasignación y cambio de sexo, acompañándolo en sus diversas operaciones quirúrgicas. Lamentablemente, Lili no sobreviviría a su quinta intervención, cuando le realizaban un trasplante de útero para cumplir el mayor de sus deseos: ser madre.
Puente sobre el Loira. Óleo de Einar Wegener |
Óleo de Einar Wegener |
Vista de Capri. Óleo de Einar Wegener |
El film está basado libremente en la novela homónima de David Ebershoff, publicada en 2001, quien a su vez se inspiró en Man into Woman, editada tras la muerte de Lili en 1931 y donde, bajo el pseudónimo de Niels Hoyer, su amigo Ernst Ludwing Hathorn Jacobson recopiló textos del diario de Einar y del correo mantenido con Gerda para construir lo que sería el reflejo de esa primera transformación de género en una persona.
Fotograma de La chica danesa |
La película consigue atraparte en esa época de los años 20 y 30; en la atmósfera del Copenhague y el París donde vivieron entre artistas, fiestas y eventos culturales; y en el amor incondicional que sentían el uno por el otro. Ese amor, ese sentimiento que no para de latir en la película, Alicia Vikander (Gerda) lo borda. Sin embargo, no se plasma con la misma intensidad el resto de emociones: todas esas frustraciones, decepciones y presiones a las que debieron estar sometidas las dos, Lili y Gerda. Además, en algunos momentos Eddie Redmayne (Einar/Lili) me parecía sobreactuado, y en el metraje se presentan ciertos saltos y lagunas que hacen perder el ritmo del tiempo.
Fotograma de La chica danesa |
Quizás se trate de una vida demasiado sentida e intensa para poder ser abarcada o contada en apenas dos horas de proyección.
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