martes, 8 de diciembre de 2015

DE CÓMO RELACIONAR LA ESCULTURA CON EL BOXEO





Es curioso cómo, a veces, uno encuentra un texto acerca de cualquier rama artística donde menos te lo esperas. Pedro anda leyendo estas noches El Profesional, una novela de W. C. Heinz editada por Gallo Nero, en cuya cubierta se ve una bonita ilustración de Manuel Romero. Pues bien, anoche recabó mi atención para leerme este texto, en el que se relaciona el boxeo con la escultura:

Cuando un chico arranca para convertirse en boxeador y, en algún lugar, se mete en un gimnasio bolsa de deporte en mano, es como un bloque de mármol en bruto salido de la gran cantera que es la masa humana. En cualquier bloque, un picapedrero puede ver muchas cosas, pero un maestro escultor no ve más que una. A su juicio, no hay dos bloques de mármol iguales y lo que él ve es aquello para lo que ese bloque se creó, y así es como nace la Victoria de Samotracia.  
  Además, así es como ha sucedido siempre con Doc. En el negocio del boxeo, como en cualquier otro, hay centenares de picapedreros y tres o cuatro maestros escultores, y el mejor escultor era Doc. Le estuve observando muchos años con una docena de boxeadores, trabajando meticulosamente con la razón y la inspiración, dando forma poco a poco y retirándose unos metros para contemplar lo que había hecho, y ocultando su nerviosismo, y  su miedo también, tras esa fachada cínica.  
  Hasta que llegó Eddie Brown, el Diácono Fraley era el número uno más aún que Rusty Ryan. Cuando trabaja el mármol, el mejor escultor del mundo no puede añadir nada. Si no está en el bloque, no está. Nadie lo crea y, por tanto, ningún hombre es auténticamente creador, sino que lo que hace es revelar la forma eliminando todo lo demás. Eso es lo máximo que se puede aproximar un hombre a la creación, y esa es la razón por la que los grandes tienen miedo. Solo ellos pueden verlo todo y les da miedo que, en el proceso de eliminación, no consigan revelar la totalidad y que lo que está oculto quede oculto para siempre. Tienen aún más miedo incluso de recortar demasiado en el proceso y destruir para siempre buena parte de lo que ven. Así sucede en la creación de todas las cosas, incluida la de un boxeador.
El Profesional (W. C. Heinz)

 La comparación me parece de lo más acertada; tanto como sacar aquí a relucir los dibujos de Vincent Valdez (1977, San Antonio (Texas)) que Sergio Camacho me mandó hace tiempo en un archivo.



                                 Vincent Valdez, tinta/papel 2012

Vincent Valdez
Laugh today cry mañana, 2008
lápiz en papel

Vincent Valdez, carboncillo en papel 2002
Serie Stations

Vincent Valdez, carboncillo en papel
Serie Stations

Vincent Valdez

Vincent Valdez, carboncillo en papel 2002
Serie Stations

Vincent Valdez
Death of the prize fighter
 carboncillo en papel 2006 (de la serie Stations)

 Otro artista a seguir.

Vincent Valdez (1977, San Antonio (Texas))

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