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martes, 12 de mayo de 2020

¡FELIZ DÍA DE LA ENFERMERÍA!

Permitidme que me quede en mis tiempos, donde el género de un colectivo se determinaba por el de la mayoría de su componentes, y os desee: ¡Felicidades, enfermeras!

Cartel Día Internacional de la Enfermería. Junta de Andalucía

 Hoy, 12 de mayo, se celebra el Día Internacional de la Enfermería, una conmemoración establecida por el Consejo Internacional de Enfermería que se repite desde 1965; aunque no fue hasta 1975 cuando se estableció este día para su celebración en honor a la fecha de nacimiento de Florence Nightingale, pionera de la enfermería moderna.
 Es un día especial para el reconocimiento a la labor de la enfermería, marcado con un punto concreto en el calendario, pero que este año, debido a la situación mundial de pandemia, el homenaje lo estamos recibiendo de una forma más extensa y continua: en los aplausos de las ocho de la tarde, en canciones de famosos, en las palabras de los políticos, en la fabricación casera de mascarillas, pantallas protectoras y gorros...
 También desde el mundo del arte llegan los apoyos y los ánimos. Y como este blog va de eso, de arte, aquí os dejo constancia de aquello que me he ido encontrando, sobre todo en Instagram.

Game changer. Obra de Banksy
https://www.instagram.com/p/B_2o3A5JJ3O/?utm_source=ig_web_copy_link

 Hace unos días Banksy, dentro del misterio que siempre envuelve sus apariciones, dejaba un cuadro en el Hospital general de Southampton con esta nota: "Gracias por todo lo que estáis haciendo. Espero que esto ilumine un poco el lugar, aunque sea solo en blanco y negro". La obra se subastará en otoño y su recaudación irá destinada al NHS (Sistema Nacional de Salud).

 Al mismo tiempo, el fotógrafo Steve McCurry, de National Geographic, publicaba sus imágenes bajo esta reseña:
«En honor al Día de las Enfermeras. "La atención constante de una buena enfermera puede ser tan importante como la mejor operación de un cirujano."» - Dag Hammarskjold
*Dag Hammarskjold es político, economista y diplomático sueco, secretario general de la ONU entre 1953 y 196, y Nobel de la Paz en 1961.

Montaje realizado por Lucía Rodríguez a partir de las fotografías del post de Steve McCurry
https://www.instagram.com/p/B_23O2Znq4C/?utm_source=ig_web_copy_link

 Y en España, Tino Soriano, también ligado a National Geographic, nos homenajea con su trabajo fotográfico dedicado a la sanidad.

Fotografía de Tino Soriano perteneciente a la serie "Homenaje a la sanidad"
https://www.instagram.com/p/B_b4_OaK3rF/?utm_source=ig_web_copy_link

 Por otra parte, las ilustraciones del iraní Alireza Pakdel, sobre la trágica batalla para frenar al coronavirus, llevan un tiempo dando la vuelta al mundo a través de las redes.

Algunas de las ilustraciones de Alireza Pakdel
https://www.instagram.com/p/CAD9ZOBnWHM/?utm_source=ig_web_copy_link

 Al igual que los carteles de Amplifierart, diseñados para la ocasión, que nos llegan desde todos los rincones del mundo.

Carteles de diseñadores gráficos en Amplifierart.
Montaje de Lucía Rodríguez con capturas de pantalla extraídas de la cuenta de Instagram

https://www.instagram.com/p/B_yJv9sJZha/?utm_source=ig_web_copy_link

 Y ya por último, anotar esta otra propuesta por parte de los pintores, que regalan su talento retratando a aquellos sanitarios que responden a la llamada de:


 Este es el resultado con las últimas publicaciones que aparece en la red en el momento de redactar esta entrada.

Captura de pantalla del inicio de la cuenta #retratosheroessincapa
https://www.instagram.com/explore/tags/retratosheroessincapa/?hl=es

 ¡Muchas gracias por vuestro apoyo!

martes, 8 de diciembre de 2015

DE CÓMO RELACIONAR LA ESCULTURA CON EL BOXEO





Es curioso cómo, a veces, uno encuentra un texto acerca de cualquier rama artística donde menos te lo esperas. Pedro anda leyendo estas noches El Profesional, una novela de W. C. Heinz editada por Gallo Nero, en cuya cubierta se ve una bonita ilustración de Manuel Romero. Pues bien, anoche recabó mi atención para leerme este texto, en el que se relaciona el boxeo con la escultura:

Cuando un chico arranca para convertirse en boxeador y, en algún lugar, se mete en un gimnasio bolsa de deporte en mano, es como un bloque de mármol en bruto salido de la gran cantera que es la masa humana. En cualquier bloque, un picapedrero puede ver muchas cosas, pero un maestro escultor no ve más que una. A su juicio, no hay dos bloques de mármol iguales y lo que él ve es aquello para lo que ese bloque se creó, y así es como nace la Victoria de Samotracia.  
  Además, así es como ha sucedido siempre con Doc. En el negocio del boxeo, como en cualquier otro, hay centenares de picapedreros y tres o cuatro maestros escultores, y el mejor escultor era Doc. Le estuve observando muchos años con una docena de boxeadores, trabajando meticulosamente con la razón y la inspiración, dando forma poco a poco y retirándose unos metros para contemplar lo que había hecho, y ocultando su nerviosismo, y  su miedo también, tras esa fachada cínica.  
  Hasta que llegó Eddie Brown, el Diácono Fraley era el número uno más aún que Rusty Ryan. Cuando trabaja el mármol, el mejor escultor del mundo no puede añadir nada. Si no está en el bloque, no está. Nadie lo crea y, por tanto, ningún hombre es auténticamente creador, sino que lo que hace es revelar la forma eliminando todo lo demás. Eso es lo máximo que se puede aproximar un hombre a la creación, y esa es la razón por la que los grandes tienen miedo. Solo ellos pueden verlo todo y les da miedo que, en el proceso de eliminación, no consigan revelar la totalidad y que lo que está oculto quede oculto para siempre. Tienen aún más miedo incluso de recortar demasiado en el proceso y destruir para siempre buena parte de lo que ven. Así sucede en la creación de todas las cosas, incluida la de un boxeador.
El Profesional (W. C. Heinz)

 La comparación me parece de lo más acertada; tanto como sacar aquí a relucir los dibujos de Vincent Valdez (1977, San Antonio (Texas)) que Sergio Camacho me mandó hace tiempo en un archivo.



                                 Vincent Valdez, tinta/papel 2012

Vincent Valdez
Laugh today cry mañana, 2008
lápiz en papel

Vincent Valdez, carboncillo en papel 2002
Serie Stations

Vincent Valdez, carboncillo en papel
Serie Stations

Vincent Valdez

Vincent Valdez, carboncillo en papel 2002
Serie Stations

Vincent Valdez
Death of the prize fighter
 carboncillo en papel 2006 (de la serie Stations)

 Otro artista a seguir.

Vincent Valdez (1977, San Antonio (Texas))

miércoles, 4 de febrero de 2015

DE RASTROS Y EXPOSICIONES

Pedro tiene alma de chamarilero, así que desde noviembre regenta un puesto en el Rastro Cultural de La Términa. El rastro se celebra normalmente el primer domingo del mes, y allá que me tienen haciéndole compañía mientras vende libros, películas, CDs, coches de Ferrari, tazas de los Beatles o cualquier otra cosa que ya no nos quepa en casa. Yo también le cogí gusto a esto de los mercadillos cuando vivíamos en Londres e íbamos los domingos de Car Boot Sales. Entonces completábamos las colecciones de los juguetes del McDonald's (los que vienen con el Happy Meal), comprábamos discos, platos, tazas y figuras de porcelana inglesa, álbumes de cromos, antigüedades y cosas de Peter Rabbit y Beatrix Potter que es una escritora e ilustradora inglesa que me encanta (incluso fuimos a visitar su casa en el distrito de los lagos).

 Aquellos Car Boot Sales se realizaban en torno a los maleteros de los coches, bien en una explanada en el campo o en un parking al aire libre o cubierto, al igual que el Rastro Cultural de La Térmica que, en función del tiempo, se emplaza en los jardines de delante o en las galerías del interior, como este domingo que amenazaba vendaval.







 Yo aprovecho esos domingos en La Térmica para visitar sus exposiciones temporales. El otro día, por ejemplo, vi la muestra que han organizado por los 50 años de Mafalda.



Mafalda, 50 años (Fotografía: Lucía Rodríguez)


 Entrar en la sala 17 fue como volver a tener 11 o 12 años: una regresión a la infancia, pues yo era de las que leía a Mafalda. Por un rato, me vi con sus libros entre las manos, leyendo esas tiras que me obligaban a veces, por el enfoque político o irónico de alguna viñeta, a buscar a mi madre para preguntarle. Recordé también los dibujos que copiaba en una cartulina blanca. Luego los coloreaba y los recortaba para decorar con ellos las carpetas del colegio. Otras veces, los copiaba en un chapón y luego me liaba con la segueta para convertirlos en llaveros.



Fotografía: Lucía Rodríguez


 Aquellas lecturas debieron dejar su poso, pues realmente hay mucho en mi de esa niña reivindicativa, indignada, inconformista y protestona que es Mafalda, esa niña que solo quiere un mundo tolerante, que se base en la igualdad, la justicia y la libertad. Nada de "sopa" (alegoría de la opresión dictatorial), de centrales nucleares o guerras. Qué claras tenía las cosas Mafalda, qué fácil sería el mundo si siguiéramos su punto de vista y qué poco han cambiado los problemas del mundo después de 50 años.









 
 Me gustó el montaje lúdico y divertido de la exposición, con ese recorrido que te introduce en el salón y la cocina de la casa de los padres de Mafalda, en su dormitorio, en esos lugares donde se desarrollan las viñetas.


Mafalda, 50 años (Fotografía: Lucía Rodríguez)


 Y todo a color, en contraste con esos 120 facsímiles de las tiras originales que, en riguroso blanco y negro, cuelgan de las paredes, con las notas y las correcciones que el propio Quino envió para ser publicadas. Me pareció un lujo poder releer esas tiras.



Mafalda, 50 años (Fotografía: Lucía Rodríguez)


 Y, por supuesto, no podía faltar en este aniversario tan redondo la bola del mundo: ese globo terráqueo al que tantas vueltas dio Mafalda y al que estos días se ha encaramado para continuar interrogándole mientras reflexiona. Un mundo que todavía necesita que lo acuesten y le echen una mantita por encima.






 Y hablando de mundos enfermos, tenemos la otra exposición: John Lennon & Yoko Ono: Suite 1724, que muestra fotografías, proyecciones y documentos que nos sitúan en aquellos siete días de mayo del 69 durante los cuales la pareja se encerró en dicha habitación del Hotel Queen Elizabeth de Montreal para protestar contra la guerra de Vietnam.



Cartel de la exposición John Lennon & Yoko Ono: Suite1742



Fotos de Bruno Vagnini en la exposición John Lennon & Yoko Ono: Suite 1742
(Fotografía: Lucía Rodríguez)




 

 Las fotografías del desarrollo de aquella happening-protesta son de Bruno Vagnini, que en aquella época era un joven de 19 años que estudiaba fotografía y se acercó por el hotel casi estrenando cámara y con un solo carrete de 36. Las imágenes que consiguió captar ese día, con Lennon y Yoko tumbados en la cama de la suite recibiendo a los periodistas para mostrar su repulsa a la guerra y reivindicar la paz, son las que se pueden ver en la sala; al fondo de ella han plantado una cama sobre la que proyectan el vídeo de "Give Peace a Chance", la canción que grabaron y retransmitieron a todo el mundo desde aquella habitación.










Vídeo de la grabación de "Give Peace a Chance"


 Sobre las sábanas también proyectan el documental "Bed Peace",



John Lennon & Yoko Ono: Suite 1742 (Fotografía: Lucía Rodríguez)


mientras que carteles con la leyenda "War is Over" ocupan la pared a modo de gigantesco cabecero. Al fijarme en ellos recuerdo lo que le gustaban los Beatles a Mafalda, los posters de los de Liverpool que decoraban su dormitorio, y me doy cuenta de que, en cierto modo, ambas exposiciones están unidas.



Mafalda, 50 años (Fotografía: Lucía Rodríguez)


Mafalda. 50 años
Del 11 de diciembre al 15 de febrero de 2015.
Martes a sábado: 11:00 a 14:00 y 17:00 a 21:00 horas
Domingos y festivos: 12:00 a 14:00 y 16:00 a 19:30 horas
Lunes cerrado
Sala 017 La Térmica

John Lennon & Yoko Ono: Suite 1742
Del 23 de enero al 23 de marzo de 2015
Martes a sábado: 11:00 a 14:00 y 17:00 a 21:00
Domingos y festivos: 12:00 a 14:00 y 16:00 a 19:30
Sala 014 La Térmica


domingo, 2 de marzo de 2014

MISPRINTS HUNTER (CAZADOR DE ERRATAS)


Ilustración de Sergio Camacho sobre una página de un libro ruso del año 1948
www.etsy.com/es/shop/MisprintsHunter


Hay obras que, sin saberlo, se convierten en vanguardia; artistas que se adelantan a los acontecimientos, como es el caso de Sergio Camacho que lleva ya unos cuantos meses ilustrando páginas de viejos libros rusos con, entre otras cosas, una especie de retrato del Tío Sam con monóculo, algo que resulta de lo más paradójico ahora que las autoridades estadounidenses andan vigilando de cerca los pasos de Putin en Crimea, tras los últimos acontecimientos producidos en Ucrania.



Ilustración obra de Sergio Camacho Torres
www.etsy.com/es/shop/MisprintsHunter


 Si uno lee detenidamente cómo se originó la I Guerra Mundial, la situación es como para echarse a temblar. Un país que se prepara para invadir a otro en la confianza de que los demás gobiernos no intervendrán. Esperemos que reine la sensatez, sería muy triste que cien años después tuviésemos que vivir una III Guerra Mundial en Europa.

 Mientras seguimos los acontecimientos, visiten la tienda de Sergio Camacho en etsy.com donde vende dibujos sobre páginas de libros o cartas y documentos del año la pera. Se llama MISPRINTS HUNTER (Cazador de Erratas). ¡Qué bonito nombre! Porque esa es otra cualidad de Sergio: ponerle nombre a las cosas, y si no que me lo digan a mí, que le debo el nombre de este blog.


Cazadores de Erratas de Sergio Camacho Torres
www.etsy.com/es/shop/MisprintsHunter



P.D.: Los que escribimos en un blog sabemos lo importantes que son esos Cazadores de Erratas, amigos que miran con lupa las entradas y que te avisan si hay algún gazapo. Gracias a todos ellos por su colaboración.

viernes, 13 de diciembre de 2013

FELIZ DÍA


Ilustración de Sergio Camacho Torres




Muchas gracias a todos por las felicitaciones en este día de mi santo; por esas llamadas, whatsapps y mensajes en facebook. 
Y a ti, Sergio, por este detalle con el dibujo.
Besos y abrazos a todos.
Y... ¡FELICIDADES a las demás Lucías!

domingo, 6 de octubre de 2013

MARCELO MORAIS. ILUSTRADOR DE MUNDOS INFANTILES


Ilustración de Marcelo Morais para el cuento A salto de Cangurito de Natalia Schapiro


Como ya os comenté en alguna entrada, este verano estuvimos pintando la casa: toda salvo el salón, que tendrá que esperar a la primavera o al próximo verano. Y es que pintar con el rulo y la brocha resulta agotador. No es sólo elegir el color y aplicarlo: hay que retirar los muebles con las cosas que contienen; descolgar los cuadros; limpiar las paredes y pegar la cinta carrocera. Y una vez pintado el techo y las paredes, limpiar los restos de pintura y volver a colocar todo en su sitio. De paso, una trata de ordenar los espacios y de deshacerse de las cosas; aunque con los de casa a lo más que se llega es a trasladarlas al trastero, pues les cuesta desprenderse de los objetos, como si éstos llevasen adheridos un recuerdo al que no pueden renunciar.
 Es por todo esto que os cuento, por lo que andan varias columnas de libros infantiles esperando unas buenas cajas de cartón en la escalera. Son los libros que han acompañado la infancia de mis hijos, libros que les hemos leído y que luego ellos mismos han releído siguiendo los textos con sus pequeños dedos mientras unían las sílabas. Ejemplares bien cuidados pero a la vez desgastados, pues los dos son de leer (es lo que tiene leerles desde pequeños todas las noches). Los huecos que han dejado libres en las estanterías ya están ocupados por otros más en consonancia con su edad, así que ahora me resulta un tanto triste guardar todos esos libros con sus bonitas ilustraciones.
 Viendo esas pilas de libros, me he acordado de mi amigo Marcelo Morais al que conocí en el taller que impartió Golucho en Olula del Río, en septiembre de 2012, y con el que volví a coincidir en el II Curso de Realismo que dio Antonio López y Andrés Ibáñez en la misma localidad, en junio de 2013. Marcelo es uruguayo, pero lleva toda la vida en Argentina. Viajar desde Buenos Aires hasta ese pueblo de Almería, para conocer y recibir las enseñanzas de estos maestros, dice mucho de la determinación de Marcelo por abrirse paso en el mundo pictórico.











       




 Su obra es de una gran sensibilidad, con abundantes escenas cotidianas que reflejan momentos puntuales de su día a día; pero donde me he encontrado al artista ya consagrado es en su faceta de ilustrador. Hace unos meses me mandó unos enlaces en los que se puede ver su trabajo para distintas editoriales iberoamericanas (SM, La Brujita de Papel, Tinta Fresca...), ilustraciones especialmente bonitas como las que contienen los libros de mis hijos, y digo bonitas porque esta es la palabra que utilizarían ellos.





Ilustración de Marcelo Morais para A salto de Cangurito

Ilustración de Marcelo Morais para Elefantasma, cuento escrito por Melina Pogorelsky

Ilustración de Marcelo Morais para Elefantasma

Ilustración Marcelo Morais para El libro de la Selva

Ilustración de Marcelo Morais para el cuento Una carrera de ocho días

San Martín, ilustración de Marcelo Morais 







  
Ilustraciones de Marcelo Morais


 Desde entonces, le debía a Marcelo esta entrada. Y hoy, que es su cumpleaños, aprovecho para felicitarle por partida doble: por su aniversario y por su magnífico trabajo.

¡¡¡Un fuerte abrazo desde el otro lado del charco!!!


www.luismarcelomorais.blogspot.com.es
www.luismarcelomoraispinturas.blogspot.com.es
También se pueden ver sus ilustraciones en la página de facebook CantaVictoria (Estudio de ilustración y diseño)