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Golucho. Olula del Río, 2012 (fotografia de Juan Sánchez Romero) |
A razón de lo que uno encuentra en esa red de redes que es internet, Golucho (Miguel Ángel Mayo López) es bien conocido como pintor realista, menos como escultor (a pesar de tener una serie de piezas de metal realizadas con objetos encontrados al modo de Antonio Pérez y otras de hierro con claras referencias a Chillida y Oteiza) y prácticamente nada como poeta.
El realismo de Golucho se aleja del realismo de una cámara fotográfica; en su obra hay drama y ternura, indagación y sueños, claroscuro, misterio... Frente a sus cuadros uno se detiene, observa y reflexiona... y brota la inspiración, el germen de un relato o de una poesía. Pero entonces, ¿por qué no encontramos nada sobre el Golucho poeta, sobre el artista que, en su página web, acompaña sus cuadros con versos propios?
Esa misma pregunta la hice la semana pasada a mi suegro cuando hojeaba el libro "Golucho. Retrato inacabado" de Juan Manuel Martín Robles, quien recoge en el capítulo IV algunos de los versos, poemas, sentencias y aforismos del madrileño. De paso, y siendo mi suegro poeta y escritor y amante del arte en general, le pedí que plasmase por escrito lo que aquellos poemas le sugiriesen, con el fin de hacer con ello una entrada en el blog bajo el título de Golucho Poeta. He aquí su colaboración:
Desconocía al Golucho poeta hasta que la fortuna puso en mis manos el libro de Juan Manuel Martín Robles: "Golucho. Retrato inacabado". Leí el volumen con detenimiento y visualicé, con avidez, las reproducciones de sus cuadros y dibujos. Fue en el capítulo IV, Golucho: Versos, poemas, sentencias y aforismos cuando descubrí al Golucho poeta, en cuya faceta el artista deja los pinceles sin abandonar los colores:
De repente llega la tarde: violenta, azul violeta.
Me obliga, este gris que abriga; a besar el pardo blanco de una
foto vieja.
Versos llenos de ternura, añoranza y romanticismo.
Su poesía usa el verso blanco o suelto; libre de sujeción a la métrica y a la rima pero sobrado en imágenes, inspiración y sentimiento, y rico en hermosas metáforas.
***
Cada noche vienes a mí, conmigo.
Te bebo y te beso, te toco y te palpo.
Cada comisura.
Cada esquina.
Cada escondite de tu cuerpo.
Cada noche contigo, voy al atajo de tu vientre.
Por cada rincón me hablo, y te callas.
Te huelo las manos, que arrugas, que manchas.
Luego
te vas como dormida entre las sombras.
Mullida y mojada,
indiferente a mi llegada.
En este poema, como en muchos otros, la mujer es la gran protagonista y su autor canta al amor, un amor obsesivo, sensual, caníbal.
***
Sirvo de eco a una flor
inmóvil,
ángulo del recuerdo.
He aquí un poemita que "evoca" la ligereza y belleza del haiku, expresando la efímera delicadeza de lo breve y hermoso.
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Desde este pozo de carne,
ataúd prestado a la tierra,
sueño con tus labios frescos
mi lengua entre tus piernas.
Larga noche tiritando estrellas.
Tengo las manos sedientas de carne joven,
vieja,
como sea.
En estas líneas poéticas diseminadas, nos muestra la relación que, a veces, se establece entre pintura y poesía vanguardista. De nuevo el amor fogoso; un verso atrevido que no nos deja indiferentes.
***
Un Napoleón de yeso en el pasillo
No estoy cansando de buscarte pues
nunca dejaste acercarme tanto.
Estoy enfermo de niñez dejada por
corredores de extraños dogmas.
Por donde nunca tuviste necesidad de pasear tu insomnio:
siempre dormías.
Siempre crecíamos en silencio para no molestarte.
Lamento que desde tu cuarto no vieras
el océano negro y frío de la eterna medianoche.
A veces me pregunto si toda esa tristeza extendida por mis ojos
no es otra cosa, que, la ausencia de volver
empequeñecido a tus rodillas.
Estos versos dedicados al padre tienen cierto hermetismo, pero dejan entrever el deseo de la vuelta a la niñez; el regreso al padre.
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Nieva
Nieva,
como si no cayera.
Me tocas tan en silencio,
como si no fuera.
En silencio tan en disculpa,
como si no estuvieras.
La delicadeza de su poética se expresa en estas líneas escalonadas.
***
Su poesía es culta; a veces, como en este poema, inventa una palabra: amapolarte.
Quisiera amapolarte la boca.
Cincelarla golpe a golpe con mi carne.
Y entre esos muros que amagas;
alocada alondra,
darte el alpiste.
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No reproduzco Carne de piedra, por su extensión, en donde se nota su arte pictórico por medio de ricas metáforas que sugieren, que nos muestran idílicas escenas:
...Mientras, a lo lejos, se va temblando Casiopea.
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Sus aforismos y sentencias, personales y profundas, tienen la sabiduría de quien ha vivido mucho y ha estado atento a cuanto sucede en su mundo:
No existe la libertad ni para saber que no existe.
Está más cerca de la verdad quien todo lo ignora.
Cuando dudes confía en el absurdo. Rompe la gravedad de la mediocridad, mútate en ave y lánzate al abismo; verás y volarás.
La amistad es una suplantación del yo inconcluso.
El que no ve la belleza está condenado a destruirla.
La belleza no es lo que creen aquellos para los que no es algo vital.
El que no la ve, no la echa en falta y la confunde.
El que no ve la belleza está condenado a destruirla sin llegar a saber lo que es.
Pero ese, que sí la ve, está penado a sufrir.
***
Como lector y aficionado a la poesía, invito a todo el mundo a leer los poemas de Golucho, sus aforismos y sentencias; no se los pierdan, saldrán ganando.
Francisco Delgado Acosta
Poeta y escritor malagueño.
Primer Premio Azabache del IV Certamen Literario de Relatos cortos de la Viñuela (Málaga, 1998).
Primer Premio de Relatos Cortos del XV Certamen de Cuentos de la Villa de Mijas (Málaga, 1999).