domingo, 31 de enero de 2016

HOMENAJE A LA FOTÓGRAFA LEILA ALAOUI

Pedro le ha rendido homenaje en su blog, Carta desde el Toubkal, a la fotógrafa Leila Alaoui, recientemente asesinada por Al Qaeda en Burkina Faso. Y por aquello de que mi blog tiene más difusión en el mundo del arte y la fotografía, me ha pedido que copie aquí su entrada. Un post que le habría gustado no tener que escribir.


LEILA ALAOUI: CUANDO LA MUERTE NO EXISTE


Leila Alaoui en la portada de Urbain Tanger

Hoy he estado viendo el porfolio Les marocains de Leila Alaoui, la fotógrafa franco-marroquí asesinada por los terroristas de Al Qaeda el pasado día 15 en Ouagadougou, la hasta ahora tranquila capital de Burkina Faso. En realidad, Leila falleció tres días después, incapaz de recuperarse de las heridas que le habían provocado cinco balas ruines, cobardes y despreciables; las mismas que acabaron con la vida de 29 personas más ese fatídico día.

 Leila Alaoui se encontraba allí para realizar un encargo de Amnistía Internacional: un reportaje fotográfico centrado en los derechos de las mujeres en Burkina Faso; porque si por algo se caracterizaba el trabajo de Leila era por darle voz a los que no la tienen, una voz que, en su caso, no recoge ninguna grabadora sino la lente de su cámara.


Natreen (We are waiting). Líbano, noviembre 2013
Fotografía de Leila Alaoui

Natreen, Líbano 2013
Fotografía de Leila Alaoui

Natreen, Líbano 2013
Fotografía de Leila Alaoui

No pasará. Marruecos 2008
Fotografía de Leila Alaoui

No pasará. Marruecos 2008
Fotografía de Leila Alaoui

 Leila nació hace 33 años en París. De padre marroquí y madre francesa, pasó su infancia en Marrakech, la ciudad roja a la que siempre quería volver. Atraída por el mundo del arte y la imagen, estudió fotografía en la Universidad de Nueva York. Sus fotografías han aparecido en The New York TimesLe MatinLe JournalLe Soir The Daily Star, así como en prestigiosas revistas y suplementos, como VogueImagesAmicaJeune AfriqueLeftUrbain TangerDalia o Le Courrier de L'Atlas. Y han sido expuestas en Francia, España, Suiza, Alemania, Holanda, Dinamarca, Suecia, Italia, Luxemburgo, Túnez, Dubai, Qatar, Egipto, Beirut, Argentina y los Estados Unidos; en lugares tan prestigiosos como el Instituto del Mundo Árabe y la Maison Européenne de la Photographie de París o el MUNTREF Centro de Arte Contemporáneo de Buenos Aires.

 Como dijo el otro día el escritor Tahar Ben Jelloun, "ni su talento, ni su inteligencia, ni su sensibilidad, ni su belleza la han protegido. Leila Alaoui, una artista apasionada que sabía descubrir lo real detrás de la apariencia, mostrar el esplendor de un cuerpo detrás del velo de los prejuicios, ha sido víctima de la brutalidad salvaje en un momento en el que nadie lo esperaba".


Serie Les marocains de Leila Alaoui

Serie Les marocains de Leila Alaoui

 Para su serie Los marroquíes recorrió el país con un estudio fotográfico portátil, retratando a hombres, mujeres y niños de todas las etnias. Un trabajo, inspirado en los de Robert Frank y Richard Avedon, que suponía para ella una vuelta a sus raíces, al Marruecos de su padre y sus abuelos, al país de su infancia. Quizás por ello quería seguir ahondando en ese proyecto.


Serie Los marroquíes de Leila Alaoui

Serie Los marroquíes de Leila Alaoui  
"Me encontré con muchas dificultades en una tierra donde la gente tiene temores supersticiosos hacia la cámara y con frecuencia ven la fotografía como una herramienta que roba el alma de la gente. Sin embargo, tuve la oportunidad de convencer a muchos para que participaran en la aventura, [...] entre ellos muchos marroquíes que nunca habían sido fotografiados".
Serie Les marocains de Leila Alaoui
"Los fotógrafos utilizan a menudo Marruecos como marco para fotografiar a los occidentales, para darles una impresión de glamour, mientras relegan a la gente local a una imagen rústica y de folclore, perpetuando así la mirada condescendiente del orientalismo. Yo he tratado de contrarrestar esa mirada adoptando en mis retratos técnicas de estudio análogas a las del fotógrafo Richard Avedon en su serie In the American West, que muestran a las personas con gran autonomía y elegancia, y reflejan el orgullo y la dignidad de cada individuo".
Serie Les marocains de Leila Alaoui

Serie Los marroquíes de Leila Alaoui

Serie Los marroquíes de Leila Alaoui

http://www.leilaalaoui.com/#!themoroccans/c1ep1
http://www.leilaalaoui.com/

 El pasado viernes el guionista y director de cine Fernando León de Aranoa escribió un artículo de homenaje al fallecido Ettore Scola. Llevaba por título La muerte no existe, y en él hacía referencia a ese pasaje de la película Maccheroni en la que Antonio, interpretado por Marcello Mastroianni, le pregunta a su madre, como el que le pregunta a un oráculo, por el futuro de su amigo Robert, al que protagoniza Jack Lemmon. "La vida elige al que la ama" le responde la Mamma entre dientes. Y Antonio, que está regando con una manguera en la mano, concluye: "La muerte en sí no existe. ¿Acaso borra lo que un hombre ha hecho en vida? ¿Borra sus méritos, su legado? No. Así que... Muerte, ¿qué eres? No eres nada. Te gustaría ser tan importante como la Vida. Pero la Vida dura una vida, amiga mía. Y tú, Muerte, sólo duras un instante, el instante en el que llegas". Pienso en esas palabras ahora, en este enero tan feo, y me digo eso, que la muerte no existe.

http://cultura.elpais.com/cultura/2016/01/20/actualidad/1453307779_280114.html

miércoles, 20 de enero de 2016

A VUELTAS CON BEETHOVEN Y ANDRÉS GARCÍA IBÁÑEZ


Mascarilla mortuoria de Beethoven, óleo sobre papel 30 x 40 cms., 2015
Obra de Andrés García Ibáñez

A raíz de mi última entrada, me ha llegado un artículo de prensa que escribió el propio Andrés García Ibáñez en el Diario de Almería sobre la Cantata de juventud de Beethoven. Un texto que lleva fecha del 17 de octubre de 2013.


Resistiendo
Cantata de juventud

En estos días de gritos desesperados por tanto sufrimiento -de criaturas en trance de agonía, pisoteada ya toda su dignidad por un poder putrefacto y aniquilador- he vuelto a escuchar una música en la que no había reparado antes lo suficiente, un auténtico bálsamo de salvación y un mensaje de esperanza para un mundo mejor, dirigido a una humanidad torturada que parece clamar en vano. 
 En 1790, con tan sólo diecinueve años, estando aún en Bonn, Beethoven compuso la "Cantata a la muerte de José II", una obra creada por encargo de la Sociedad de Lectura de la capital renana, en la que Neefe, primer maestro de Beethoven, tenía un papel importante. La partitura está injustamente olvidada hoy, pese a la asombrosa madurez que atesora. Desde su lúgubre comienzo, oscuro e inquietante, hasta el mismísimo hallazgo del difunto, está ya todo Beethoven en ella, romántico y apasionado, entero y verdadero. Consta de siete números y dura unos tres cuartos de hora. Tras la solemnidad trágica inicial, el cuarto número -que es donde yo quería llegar- nos sumerge en una melodía bellísima, de trascendente elevación; un aria para soprano y coro de enorme pensamiento musical, como una auténtica resurrección. No me resisto a transcribir el texto traducido al castellano que cantan los intérpretes en esta parte -salido del libretista de la obra, Severin Averdonk-, pues revela un espíritu de notable idealismo romántico, tan consustancial al más genuino Beethoven: "La humanidad ascendió a la luz y la Tierra giró felizmente alrededor del sol. ¡Y el sol calentó con los rayos de la divinidad!". Aquí está ya todo el ardor de un pensamiento elevadísimo, que aspira al hermanamiento de las criaturas; un ansia de armonía universal que encontrará tres décadas más tarde su mejor culminación con la Novena Sinfonía, y en especial con su enorme final cantando la Oda a la Alegría. Desde su primera juventud, Beethoven tuvo una formación -alentada por la poesía- donde los ideales de igualdad y fraternidad y la repudia a todo poder tiranizador eran su principal seña de identidad. Al parecer fue entonces, tan tempranamente, cuando ya quiso poner música al poema de Schiller, tarea que no materializó hasta el final de su vida. Pero volviendo a la cantata, no hay mejor ocasión que escucharla ahora; un respiro entre tanto acontecer maloliente.
Andrés García Ibáñez


Si estáis interesados en votar, compartir por facebook o twitear el artículo podéis hacerlo desde la página del periódico:


 Y si lo que queréis es escuchar de nuevo la cantata, podéis volver a mi post anterior:


lunes, 18 de enero de 2016

DE MÁSCARAS MORTUORIAS, BEETHOVEN Y ANDRÉS GARCÍA IBÁÑEZ


Mascarilla mortuoria de Beethoven, óleo sobre papel 40 x 30 cms., 2015
Obra de Andrés García Ibáñez

Uno regresa de Bonn con una máscara mortuoria* de Beethoven en la maleta. Deshace el equipaje con el pensamiento aún puesto en Alemania, y deja la reproducción sobre una mesa del estudio, al lado de un vaso con agua donde unos días antes de partir había dos rosas hermosas. Luego trata de recobrar la normalidad, de volver a la rutina familiar después de los desajustes que provoca todo viaje.
 Ese uno es Andrés García Ibáñez y, al día siguiente, al levantarse y ver la mascarilla funeraria junto a las flores ya marchitas, se da cuenta de que allí hay un cuadro. Así que prepara la paleta, mete en el equipo de música un CD de Beethoven, y empieza a pintar poseído por la cantata fúnebre por la muerte de José II, donde hasta las notas parecen elevarse buscando la luz.
 Al terminar de pintar, Andrés transcribe a lápiz, sobre la parte del papel que ha dejado en blanco, la estrofa de la composición que se le ha quedado enredada en la cabeza:

    Da stiegen die Menschen ans Licht
    Da drehte sich glücklicher die Erd'um die Sonne
    Und die Sonne wärmte mit strahlen der Gottheit!

    Entonces la humanidad ascendió a la luz
    La Tierra giró felizmente alrededor del Sol
    ¡Y el Sol calentó con los rayos de la divinidad!


Mascarilla mortuoria de Beethoven, óleo sobre papel 30 x 40 cms., 2015
Obra de Andrés García Ibáñez

 Y es ahora en Málaga, lejos de Olula del Río y más lejos todavía de Alemania, cuando escucho la música e imagino la escena.





 Para ver la serie completa, La máscara de Beethoven, podéis pinchar en el siguiente enlace:
http://museocasaibanez.org/ibanez/obras/?serie=37

*Máscara mortuoria o mascarilla funeraria: Vaciado que se saca sobre el rostro de un cadáver para obtener una copia fiel del rostro de esa persona. Esta moda fúnebre se puso de moda en Europa entre los siglos XVIII y XIX.

miércoles, 13 de enero de 2016

EL PINTOR ELEGANTE


Michaël Borremans en el CAC Málaga

Michaël Borremans se va de Málaga el próximo 17 de enero. Ha estado alojado en el CAC Málaga desde el 9 de octubre, y durante todo este tiempo lo he visitado en varias ocasiones. Bueno, como imaginaréis, lo que he visitado es la sala donde se alberga su obra, pero es que viendo sus cuadros casi te haces la idea de su persona. Eso sí, puede que al tratarle me llevara un chasco, como ocurre a veces cuando tienes muchas ganas de conocer al escritor de esa novela que tanto te ha llenado y luego resulta que, por sí solo, no transmite lo esperado. Quiero pensar que no sería así. De momento, mi impresión es la de una persona que se encuentra bien estando sola, en su mundo, con sus cosas y sus ideas; alguien exigente y respetuoso con la Historia del Arte, la pintura y su tradición; quizás algo impaciente o impulsivo a la hora de trabajar, pues no se para en preparar el soporte, y recicla y reutiliza otras telas ya pintadas -en algunas de ellas incluso se transparenta claramente el trabajo anterior-. También debe ser alguien serio, aunque a la vez divertido, por esas ideas que recrea que a veces parecen rayar lo absurdo, pero cuyo trasfondo siempre nos lleva a algo más profundo, sirviéndose del título a modo de hilo del que podamos tirar. ¡Y además toca en el grupo de rock experimental The Singing Painters! Total, que el belga es de esa gente a la que me gustaría que me presentaran.

 El caso es que, a lo largo de estos tres últimos meses, me he parado delante de su trabajo: unas veces sola y otras acompañada por amigos, lo cual siempre es un añadido, no sólo por la compañía, sino porque también surgen diferentes interpretaciones, explicaciones, descubrimientos y opiniones. Y así, enfrentados a cada una de las 35 obras que componen la exposición, hemos hablado de su paleta fría, configurada por grises, ocres, verdes y sombras;

Automat (I), 2008. 80x60. Obra de Michaël Borremans
Fotografía: Lucía Rodríguez

de su pintura rápida y ligera, con zonas inacabadas, que da la sensación de realizarse en pocas sesiones, y que, a pesar de apoyarse en la fotografía arrastra mucho de la pintura tradicional;

The Egg IV, 2012. 42x36. Obra de Michaël Borremans
Fotografía: Lucía Rodríguez

de sus motivos, reflejados como naturalezas muertas incluso cuando se tratan de retratos;

10 and 11, 2006. 36x42. Obra de Michaël Borremans
Fotografía: Lucía Rodríguez

The Prop, 2013. 36x42. Obra de Michaël Borremans
Fotografía: Lucía Rodríguez

Fixture, 2008. 40x50. Obra de Michaël Borremans que da título a la exposición
Fotografía: Lucía Rodríguez

Dragonplant, 2003. 31x49. Obra de Michael Boremas
Fotografía: Lucía Rodríguez

de sus temas tétricos, extraños y misteriosos, en escenas donde no se sabe qué ha pasado antes o qué va a pasar después, como si pulsaras "pause" en un DVD;

The Sheets, 2003. 40x50. Obra de Michaél Borremans
 Fotografía: Lucía Rodríguez

The Preservation, 2001. 70x60. Obra de Michael Boremas
Fotografía: Lucía Rodríguez

The Resemblance, 2006. 2x(36x42). Obra de Michaël Borremans
Fotografía: Lucía Rodríguez

The Barn, 2003. 60x70. Obra de Michaël Borremans
Fotografía: Lucía Rodríguez

del tamaño de los cuadros: menos tres, el resto son de pequeño formato, pero no por ello se les da menos importancia, y cuelgan de las paredes ocupando, a veces, hasta un panel completo, provocando una sensación de frialdad, de soledad o falta de vida;

Sleeper en la sala del CAC Málaga
Fotografía: Lucía Rodríguez Vicario

Sleeper, 2007-2008. 40x50. Obra de Michaël Borremans
 Fotografía: Lucía Rodríguez

The Loan en la sala del CAC Málaga
Fotografía: Lucía Rodríguez

The Loan, 2011. 310x205. Obra de Michaël Borremans
Fotografía: Lucía Rodríguez

Salas del CAC Málaga con la exposición Fixture de Michaël Borremans
Fotografía: Lucía Rodríguez

de sus composiciones, sus fondos oscuros y sus pinceladas, donde se manifiestan constantemente sus referentes: Velázquez, Rembrandt, Goya, Courbert...

Cross, 2015. 70x60. Obra de Michaël Borremans
Fotografía: Lucía Rodríguez

The Angel, 2013. 300x200. Obra de Michael Boremas
Fotografía: Lucía Rodríguez

The Missile, 2013. 200x120. Obra de Michael Boremas
Fotografía: Lucía Rodríguez

 Borremans crea esa duda (o dualidad) entre lo vivo y lo muerto (entre el ser vivo y el simple objeto), así como entre lo masculino y lo femenino, el niño y el adulto, como si tuviera una doble interpretación. Dobles interpretaciones o muchas más, porque él nos deja la libertad de terminar los cuadros, obligándonos a pensar y a no ser meros espectadores -qué bien suena eso de que el arte te lleve a pensar-.

Girl with Feathers, 2010. 42x36. Obra de Michael Boremas
Fotografía: Lucía Rodríguez

Pony, 2009. 50x42. Obra de Michael Boremas
Fotografía: Lucía Rodríguez

 Y para complementar la visita nada mejor que el documental sobre Borremans, "Un cuchillo en el ojo", que podéis ver en el siguiente enlace. Ahí descubriréis el por qué del título de esta entrada. 
http://lalulula.tv/documental-2/michael-borremans-un-cuchillo-en-el-ojo

Nota: Este post está dedicado a Daniela, Odu, Rafael, Ana, Alfonso, Miguel y Antonio recordando el buen rato compartido a costa de Michaël Borremans.

Lucía Rodríguez y Danielle Brouns en el CAC
(Málaga, noviembre 2015
)

Odu Carmona y Lucía Rodríguez en el CAC
(Málaga, noviembre 2015)

Rafael Bestard y Lucía Rodríguez en el CAC  (Málaga, noviembre 2015)