domingo, 27 de mayo de 2018

UNA PRETENDER

Fue en la época del instituto, en el 3º de BUP o el COU de los que transitamos los cuarenta, cuando me prendé del grupo The Pretenders. La música del álbum Get close no dejaba de sonar en mi walkman Sony. El tema Don't get me wrong me hacía -y me hace- echarme a bailar, y Hym to her conseguía que me estremeciera por dentro. Aquel reproductor pasó a mejor vida, pero seguro que si me pongo a rebuscar encuentro aquella cinta en algún cajón.

Get close / The Pretenders

Don't get me wrong / The Pretenders

Hymn to her / The Pretenders

 Nunca he sido mitómana, ni superfán, ni me aprendía las letras de las canciones ni me interesaba por la traducción de estas, pero me bastaba con sentir la melodía y el ritmillo de aquellos cuatro y la voz y la entonación de Chrissie Hynde para saber que aquel grupo me llenaba. Aquella cantante morena, en vaqueros, con su guitarra..., rockera..., me parecía una mujer con una personalidad arrolladora. Y ahora, al leer su autobiografía –A todo riesgo. Memorias airadas de una Pretender (Malpaso Ediciones)–, lo he podido corroborar. Sin esa fuerza, sin ese carácter, Chrissie Hynde no habría podido sobrevivir a tantos excesos.

Chrissie Hynde (Akron, Estados Unidos, 1952)
Foto: David Borras (EFE)

 Chrissie Hynde nació en 1952 en Akron, Ohio, la capital mundial del caucho estadounidense, el Soap Box Derby, los indios senecas y los amish que hace ya 33 años popularizó la película Único testigo.

Akron Soap Box Derby Racing Soapbox cars

http://www.rtve.es/alacarta/videos/dias-de-cine/30-anos-unico-testigo/2983673/

Chrissie Hynde de punta en blanco y lista para la iglesia
(Fotografía extraída de su autobiografía A todo riesgo, editada por Malpaso)
Vivíamos en un mundo donde nadie temía por nuestra seguridad, tampoco nosotras; que nos ocurriera algo malo era tan impensable como el aterrizaje de una nave espacial en nuestro jardín. Estábamos a salvo, bien alimentados, no pasábamos jamás frío y no nos faltaba de nada. Fuimos los últimos de una raza en extinción.
 Si hurgaba en sus orígenes familiares estos estaban en Escocia y Gales. No me dirán que no resulta curioso que fuera a casarse con un escocés; tanto como descubrir que el gusto por los sombreros vaqueros le viene de pequeña.
Terry [su hermano] había hecho nuevos amigos y, en los jardines traseros y llevando sombreros con cola de tejón a lo Davy Crockett, jugaban a levantar fuertes en los árboles. Todo el mundo tenía motivos de lazos en sus colchas y algún que otro tocado indio junto a sombreros de vaquero, revólveres y cartucheras. Si me preguntaban, yo decía que de mayor quería ser vaquera.
 Lo de querer montar una banda de rock le vino en la adolescencia, la etapa de la rebeldía y del choque generacional, de sus primeros coqueteos con las drogas, las fiestas y los conciertos. Ver tocar al guitarrista de los Detroit Wheels fue como la caída de San Pablo camino de Damasco, le cambió la vida.
Mitch Ryder & the Detroit Wheels tocaban y, para mí, la vida estaba a punto de dar un giro decisivo.
 El guitarrista Jim McCarty sólo necesitó dos canciones para desmantelar, reconstruir y cambiar toda mi perspectiva de las cosas. McCarty era un auténtico "héroe de la guitarra", el primero que veía en carne y hueso. Me pasó como a todos los adolescentes a los que les pica ese gusanillo. A partir de ese día, para mí la guitarra de rock constituyó el pináculo de la vida en la Tierra. Que yo fuera chica era irrelevante; soñar en convertirme en alguien tan sobrehumano como McCarty estaba a años luz de mis posibilidades. [...] Eso fue el remate. Ya no había posibilidad de vuelta atrás para mí. No es que me proyectara en el futuro metida en un grupo ni nada así, pero a partir de ese momento me consagraría eternamente a esa idea.
Mitch Ryder & the Detroit Wheels - Jenny Take a Ride / C C Rider (1966)

 Con 17 años, Chrissie Hynde sólo quería escuchar música y fumar hierba; aún así, tres meses antes de cumplir los 18 se matriculó en Artes y Oficios en la Universidad de Kent.
Kent tenía su encanto, la ciudad era vieja y un tren la atravesaba por detrás de los bares de Water Street. Parecía igual que todos esos pueblos de las películas de vaqueros. Sólo faltaban los caballos bien amarrados. El sonido del pito del tren siempre traía una promesa latente: "Pírate". No existe otro sonido comparable, tan espectral, implorante y misterioso. Pírate.
[...] Respecto a los estudios, sabía que antes o después terminaría dejándolos. Si los terminaba y me daban un título serio y fiable de artes y oficios, ¿de qué iba a servirme? ¿Para hacerme profesora? Eso no iba a suceder. No necesitaba un título para dedicarme a la pintura. No veía qué valor podía tener poseer un título, pero necesitaba tiempo para resolver en qué momento dar el salto. No tenía ni la más remota idea. 
 Mi única certeza era que quería ver mundo.
 Tim Buckley y Neil Young eran sus cantantes favoritos en aquella época universitaria (bueno, el primero es su cantante favorito de todos los tiempos), pero escuchaba todo lo que pillaba: Led Zeppelin, Jeff Beck, Tim Hardin, Richie Havens, Johnny Winter, Pacific Gas & Electric, Cream, la Velvets, Captain Beefheart, los Beatles, Janis Joplin, Jefferson Airplane, Hendrix, los Stones...
 Una de las cosas que me gustan del libro, y que más ha alargado mi lectura, es que puedes leerlo con Spotify o Youtube abierto al lado para buscar las decenas de referencias musicales que nos da la autora, muchas al hilo de grandes acontecimientos sociales, como la guerra de Vietnam o la matanza del 4 de mayo en  la Universidad de Kent en la que Chrissie estuvo presente.
Las canciones que sonaban por entonces en la radio todavía me producen un nudo en la garganta. 
 Richard Harris cantando "MacArthur Park". Jesse Colin Young, "Four in the morning". Tim Hardin, "If I were a Carpenter".

 
MacArthur Park (Richard Harris)

Four in the morning (Jesse Colin Young)

If I were a Carpenter (Tim Hardin)

 Una voz como la de Hardin hablaba de los corazones enmudecidos y yo estaba descubriendo que la música es lo único que logra aliviar el dolor de un corazón roto. 
 De noche, la frecuencia de onda corta de tan largo alcance me permitía sintonizar con mi radio transistor Westinghouse ciudades como Nashville, Chicago, Detroit y aún más lejanas. John R. de Nashville pinchaba "Don't Answer the Door" de B. B. King, o a Mighty Hannibal y su "Hymn Nº 5", una canción góspel sobre un joven soldado negro que se desangra en el agujero de una trinchera en Vietnam. Para nuestra generación de desertores de la escuela, la radio resultaba mucho más pedagógica que las clases.

Hymn Nº 5 (Mighty Hannibal)

Masacre de la Kent State (1970), fotografía de John Filo. "El novio de Cincy Hino, Jeff Miller, se quedó allí. Tumbado cabeza abajo, la sangre manando de su cuerpo sin vida..."

"Un par de semanas más tarde oímos en la radio una canción nueva de Neil Young, "Ohio", inspirada en aquel trágico suceso. Eso nos hizo sentir mejor, necesitábamos un gesto de reconocimiento. Sabía que Jeff había sido fan suyo, así que me alegró que Young se convirtiera ennuestro portavoz, en  nuestra voz. Aquello nos ayudó a salir del shock".

 Por otro lado, me ha resultado curioso descubrir que compartimos el mismo signo del zodiaco –Virgo– y el hecho de sentirnos genial con el pincel en las manos; aunque no sé si de mayor Chrissie habrá vuelto a pintar.
 Tengo el libro lleno de subrayados y pósits con anotaciones, algunas para enseñárselas a Pedro, como los párrafos en los que hace mención a Bowie, Rod Stewart, Bruce Lee o la película Apaloosa.
Al regresar de México me había propuesto muy en serio dejar de pensar en la música rock, pero entonces oí a Bowie. Hunky Dory. Intenté hablarle al chico canadiense de aquello, de esa música genial, pero él me miró como si no pudiera entender de qué estaba hablándole. 
[...] Era el 22 de septiembre de 1972 cuando contemplé fascinada y maravillada el inolvidable debut de Bowie como Ziggy Stardust, en Estados Unidos. Acababa de cumplir veintiún años y no tenía ni idea de que en menos de un año habría dejado Ohio y Norteamérica para siempre. Sue y yo fuimos temprano hasta Cleveland para pelarnos de frío en el exterior mientras escuchábamos la prueba de sonido. Hacía uno de esos días grises de Cleveland de lo más deprimente; el ambiente perfecto para que el grupo se deslizara pendiente abajo en "Five Years". Pura magia. 
 Bowie emergió con sus gorilas para volver al hotel. Yo no había estado nunca tan cerca de nada que me pusiera tan en  el punto "Soul Love", pero lo que tenía ante mí no era a esa gemela de Veronica Lake de la que me había enamorado al escuchar Hunky Dory. Ziggy gastaba corte get-down con tinte naranja, una chaquetilla vaquera verde y unos vaqueros de pinza a juego, con los bajos subidos para dejar a la vista las botas de plataforma. Avanzaba a un ridículo metro de mí. ¡Truco o trato! 
 Sus gorilas y él se mantuvieron a nuestra altura. Daba la impresión de que nos miraban porque no estaban muy seguros de cuándo cruzar la calle. Al otro lado, muchachote. Un gorila alto, apuesto y con los ojos verdes abrió la boca. Se llamaba Anton y a mí me pareció que era negro. (¿En Inglaterra había gente negra que hablaba con acento inglés?) Nos invitó a unirnos a ellos. Estoy bastante segura de que no nos consideraron unas groupies potenciales. Yo llevaba una rebeca de ocho de pescador. Tampoco había nadie más por los alrededores. 
 Llegamos hasta la suite del grupo en el hotel y nos pusimos cómodas. Yo estaba prácticamente temblando y mirar a Stardust a los ojos parecía misión imposible, pero aun así logré mascullar: "A la gente de Cleveland le encantaría la canción de la Velvet Underground". Había versioneado "I'm Waiting for My Man" en la prueba de sonido. Stardust contestó: "Ah, entonces tal vez la toquemos". (Yo debería haberme dedicado a ser A&R) 
 Anton preguntó si conocíamos un sitio donde comer. ¿Llevar a cenar a David Bowie? ¡Vamos! 
 Ziggy esperó a que colocara los asientos y se metió en la parte trasera del Oldsmobile Cutlass de mi madre. "Está bien el coche", dijo con cortesía. ¡Qué vergüenza me daba conducir el coche de mi madre! Y lo más curioso es que no recuerdo ninguna otra ocasión en que mis padres hubieran pasado la noche fuera. La coincidencia tuvo que ser obra de la providencia: primero me había apropiado del coche y ahora David Bowie estaba dentro. Increíble.
*** 

[...] Y mi chupa roja Lewis Leathers. Había visto hacía poco Operación Dragón, y me había enamorado de Bruce Lee. Cuando me enteré de que estaba muerto, me puse de luto y me pinté un brazalete negro en la chaqueta y ya no hubo manera de borrarlo para la foto [se refiere a la fotografía para la portada del primer LP del grupo: Pretenders, que alcanzó el número uno en el Reino Unido en enero de 1980 y cosechó un éxito enorme en Estados Unidos]
***
[...] Hereford es también famoso por el espléndido toro de Hereford, uno de cuyos ejemplares hace un cameo en Apaloosa, mi película favorita de vaqueros.
 Hay una canción de Chrissie Hynde con UB40 que pronto se convirtió en una de mis favoritas: I got you babe, y fue toda una sorpresa leer sobre esa colaboración en el libro.
Pete me habló de un grupo de reggae muy bueno que tocaba en el Rock Garden de Covent Garden. Se trataba de un club pequeño y aún parecía más pequeño con los ocho músicos que había sobre el escenario. Pete estaba en lo cierto: aquel grupo era fantástico. Me dirigí a los camerinos para ver si podía interesarles hacer una gira con nosotros. El saxofonista parecía el tío más afable de esa unidad compacta, una especie de gran familia, muy exclusiva. 
 Yo me presenté y le pregunté con humildad si podría interesarles abrir para mi banda. Ellos no tenían contrato, así que era una apuesta con pocos visos de salir, pero aun así valía la pena intentarlo. No pude entender nada de lo que me respondieron con su demencial acento de Birmingham, pero sí que aceptaron y, así UB4O (alusión al impreso para la solicitud del subsidio por desempleo) se sumó a nuestra primera gira importante y todos acabamos como hermanos.
 I got you babe (The Pretenders y UB40)

 Cuando Chrissie Hynde hacía marcos de cuadros para Ray Packard, el propietario de la principal galería de arte de Akron, solía quedarse ensimismada mirando las litografías de Miró, y pensaba: "¡España! ¡Que alguien venga ya y se me lleve para allá!" Y mira por dónde, la música no ha dejado de traerla por aquí. La última este verano pasado, cuando con sus camisetas de Elvis se paseó por los escenarios de Vigo, San Sebastián, Cap Roig, Madrid y Marbella acompañada de su grupo, del que solo sobrevive el batería Martin Chambers, pues al guitarrista James Honeyman-Scott y al bajista Pete Farndon se los llevó por delante la heroína en los años ochenta. En esta nueva y última formación, el guitarrista James Walbourne, el bajista Nick Wilkinson y el teclista Carwyn Ellis han venido a arropar a Chrissie y Chambers, que parecen aguantar bien los embates del tiempo –Chrissie cumplió ya 65 y Chambers 66–. El grupo promocionaba su último disco, Alone, combinando las nuevas canciones con los éxitos de siempre. Yo intenté conseguir dos entradas para el concierto de Marbella, pero ya no quedaban entradas baratas y los precios me parecían astronómicos. Menos mal que en esas vino Pedro y la Fnac a salvarme la vida. Pedro participó con toda la fe del mundo en el sorteo de dos entradas para el concierto del grupo, y al cabo de pocos días Angeles Matesanz, del Departamento de Marketing Cliente de Fnac España, lo felicitaba por haber ganado aquellas entradas. Así, con todos los astros aliados de nuestra parte, fue como pudimos asistir al Starlite de Marbella y disfrutar de una voz y unas canciones que me han acompañado desde la adolescencia.

Lucía Rodríguez en el concierto de Pretenders en el Starlite de Marbella
26 de julio de 2017

 Chrissie dice en su libro que "Gracias por ser auténticos" es el halago más grande que puede hacerse a un músico de rock, por lo que no se me ocurre mejor forma de cerrar esta entrada que dándole las gracias por ser tan auténtica.

Lucía Rodríguez Vicario en el concierto de Pretenders en el Starlite de Marbella
26 de julio de 2017. Fotografía: Pedro Delgado

 Y si queréis saber más de ella y de su grupo, ¡leeros el libro! Incluye además un montón de fotos en el interior.

A TODO RIESGO
Memorias airadas de una Pretender
CHRISSIE HYNDE
Malpaso Ediciones
Traducción de Ezequiel Martínez
http://malpasoed.com/es/libro/a-todo-riesgo/

Las voces con personalidad en el rock se labran a través de muchos años de varias cosas: frustración, soledad, furia, inseguridad, arrogancia, narcisismo o simplemente a golpe de pura perseverancia, lo que quieras menos un profesor. [...] Los cantantes de ópera calientan; los cantantes de rock se iluminan.


sábado, 12 de mayo de 2018

LA MIRADA FEMENINA EN LA XI NOCHE EN BLANCO DE MÁLAGA


La mirada femenina (The San Telmo School)
Alumnas/o 2º de fotografía de la Escuela de Arte San Telmo
XI Noche en Blanco de Málaga (2018)

Si no eres superfán de Eurovisión y no piensas apoltronarte esta noche frente a la tele –a quién se le habrá ocurrido poner la noche en blanco el día de la cita eurovisiva–, te propongo que visites la exposición fotográfica que tenemos las alumnas/o de 2º de la Escuela de Arte San Telmo en el túnel de salida de la Alcazaba. Lleva por título La mirada femenina, y está muy en línea con el tema Musas y creadoras elegido para La Noche en Blanco de este año.

XI Noche en Blanco, Málaga 2018

 Y ya de paso, os animo también a visitar las otras exposiciones o intervenciones del alumnado de San Telmo: Creando caminos en el escaparate del Museo Thyssen; Diosas y Madonnas en el escaparate de la librería Prometeo; Poesía blanca. En torno a Chantal en el escaparate de la librería Proteo; y Retales y puntadas. El arte de la memoria en el patio de banderas del Ayuntamiento de Málaga. Cerámica, fotografía, diseño gráfico y de moda para una noche larga y en blanco.

 Yo, sintiéndolo mucho, no podré bajar al centro. No porque sea uno de esos eurofans de los que os hablaba al principio, sino porque estoy en Madrid volcada en la realización de mi proyecto fotográfico de fin de ciclo. Pero de eso, mejor os hablo otro día.


domingo, 6 de mayo de 2018

PAISAJE, MEMORIA E IDENTIDAD



Las alumnas de 2º curso del Ciclo superior de Fotografía de la Escuela de Arte San Telmo de Málaga presentamos, bajo el título Paisaje, memoria e identidad, nuestros trabajos realizados en torno al género del paisaje para la asignatura de Proyecto. En ellos reflexionamos sobre la construcción de la identidad a partir del territorio y la pertenencia a un lugar.

Las fotografías estarán expuestas hasta el 15 de junio de 2018 en el Ateneo de Málaga. Y para invitaros e ir abriendo boca os dejo este vídeo del montaje de la exposición.


Making of del montaje de la exposición
Paisaje, memoria e identidad
Ateneo de Málaga, mayo 2018