martes, 24 de mayo de 2016

DE TIZIANO Y EL COLOR DE LOS DOLOMITAS

De vez en cuando, Pedro me lee algún texto sobre pintura; líneas que aparecen en el libro que está leyendo en ese momento y en el que a priori no tendría que aparecer nada relacionado con el arte. Referencias que no dejan de sorprenderme. La última viene envuelta en una recopilación de artículos y relatos del italiano Dino Buzzati, textos relacionados con la montaña que editó recientemente Gallo Nero bajo el título Los indómitos de la montaña.

Detalle de Presentación en el templo de Tiziano

Pero en tiempos de Tiziano las montañas, incluidos los Dolomitas, no interesaban, puede decirse incluso que no existían: no eran más que unas cosas inmensas e incómodas, generalmente hostiles. Fueron los románticos quienes los descubrieron. Prueba de que Tiziano no se había fijado en ellos ni les daba la menor importancia -hecho absolutamente cierto- es la total ausencia de los Dolomitas en sus cuadros. Y sostener, como hacen mucho, que son las Marmarole las rocas que sirven de fondo a la Presentación en el templo es no tener ni idea de qué son los Dolomitas y, sobre todo, dudar del Maestro: esas montañas genéricas no tienen ni la forma ni el color ni el espíritu -que es lo principal- de las auténticas Marmarole.

Presentación en el templo, obra de Tiziano
óleo sobre lienzo, 335 x 775 cm (1534-1538)
Galería de la Academia, Venecia

 Y junto a esa disertación, nos encontramos esta otra sobre el color de los Dolomitas y la dificultad de pintarlos:

Algunos días claros de otoño, incluso desde los tejados más altos de Venecia y sin necesidad de prismáticos, se pueden distinguir los Dolomitas. Y no solo su confuso perfil de cordillera, esa misteriosa barrera de montañas que cierra el Norte. También se reconocen sus colores. [...] ¿Y de qué color son? ¿Se puede encontrar un adjetivo exacto para definir ese tono, tan diferente del de todas las demás montañas, [...]? No, no existe un adjetivo tan preciso, porque más que un color preciso es una esencia, una materia evanescente que desde el alba al ocaso asume los reflejos más extraños: grises, argénteos, rosas, amarillos, púrpuras, violetas, azules, sepia... Y sin embargo es siempre la misma, igual que es la misma una cara humana tanto si la piel está pálida como si está bronceada. 
 Para demostrar cuán inasible es el color de los Dolomitas tenemos un fenómeno singular: que nosotros sepamos, representan el único espectáculo de la naturaleza con el que no han podido los pintores, ni siquiera los mejores. Decir nombres sería una falta de generosidad, porque cuando algún artista ha conseguido plasmar en la tela la verdadera luz que emanaba de la montaña -algo que rara vez ha sucedido-, ha fracasado en todo lo demás: la estructura, los rasgos... el parecido, en definitiva; y el resultado se reducía a un apunte de color, un boceto insuficiente. Sin embargo, cuando el artista ha conseguido "captar" el parecido -como ocurrió con el inglés Compton, que fue uno de los pocos que lo lograron- y definir su forma de un modo persuasivo, el matiz de color se le ha escapado.

Dolomitas
Edward Theodore Compton (1849-1921)

 Vayan se lo ruego, y contemplen con atención este espectáculo al que nosotros los italianos ya no hacemos caso. Se ha convertido en algo habitual, y eso que es sin duda una de las vistas más bellas, poderosas y extraordinarias que nos ofrece este planeta. Solo para verlo de pasada ya valdría la pena venir ex profeso desde Australia.

 Googleando los cuadros del inglés E. T. Compton (1849-1921), me he encontrado con estas tarjetas postales de los años 20 en el blog Dolomiti Patrimonio Dell' Umanità, del Instituto Statale D'Arte de Cortina D' Ampezzo. Y ¡sorpresa!, resulta que son del hijo de éste, Edward Harrison Compton, nacido ya en Alemania. Por cierto, en el blog confunden al inicio al padre con el hijo, lo que me ha obligado a mirar un montón de páginas para cerciorarme del tema.

Dolomitas
Edward Harrison Compton (1881-1960)

Dolomitas
Edward Harrison Compton (1881-1960)

Dolomitas
Edward Harrison Compton (1881-1960)

Dolomitas
Edward Harrison Compton (1881-1960)

Recuerdo que de niño, tendría yo cinco o seis años, intenté dibujar las montañas que se ven desde nuestra casa, a dos pasos de Belluno. Todas las demás montañas consiguieron, en mi dibujo, tener jorobas más o menos redondeadas o más acentuadas, pero donde está el Schiara salió, en cambio, un mazo de puntas afiladísimas, una selva enloquecida de pináculos inverosímiles que no se parecía en nada al Schiara. Se ve que en mis fantasías infantiles el Schiara encarnaba la personalidad de los Dolomitas grandes y terribles, castillos inaccesibles y salvajes. Luego, pensando en aquel dibujo, me di cuenta de por qué los antiguos cuadros y grabados ofrecían retratos absurdos de las montañas, imágenes sin ninguna semejanza con la realidad. Los antiguos, para quienes las montañas no tenían el menor interés, no sabían "verlas", no se fijaban en ellas, y en su presencia se sentían exactamente como yo a la edad de cinco o seis años.








Los párrafos de Los indómitos de la montaña, de Dino Buzzati, están extraídos de la primera edición, publicada por Gallo Nero en enero de 2016, con traducción de Amelia Pérez de Villar.
http://www.gallonero.es/los-indomitos-de-la-montana/

Podéis leer la crítica literaria que Pedro le ha hecho a este libro pinchando sobre el siguiente enlace:
http://cartadesdeeltoubkal.blogspot.com.es/2016/05/los-indomitos-de-la-montana.html


domingo, 22 de mayo de 2016

CLAUSURA-INAUGURACIÓN

Clausura-Inauguración. Dos palabras opuestas pero que en la tarde de anteayer, 20 de mayo, se nombraban a la vez en el Museo Casa Ibáñez, siendo reflejo de la dinámica activa de la Fundación.
 Por un lado, se clausuró el V Curso de Realismo y Figuración, impartido por Antonio López y Andrés García Ibáñez, quienes tras entregar los diplomas a los alumnos seleccionaron una obra de entre todos los trabajos realizados por los 36 artistas participantes, procedentes de lugares tan remotos como Mongolia, Colombia, o Argentina. Un cuadro que, como otras veces, pasará a formar parte de la colección del museo. 



  Por otro, se inauguró la exposición Caminos que se cruzan al Sur. Joven Realismo Español; muestra que ya estuvo en el Museo de Arte de Almería y que hasta el 31 de julio colgará en la sala de exposiciones temporales del Museo Casa Ibáñez en Olula del Río (Almería). Esta colectiva está configurada por artistas que participaron en los talleres realizados en 2012 y 2013 -I y II curso con Antonio López y Andrés García Ibáñez, y el que impartió Golucho-. Y por aquello de lo de "joven", ninguno supera los cuarenta.


Exposición CAMINOS QUE SE CRUZAN AL SUR. JOVEN REALISMO ESPAÑOL
Museo Casa Ibáñez, Olula del Río. Fotografía: Lucía Rodríguez


Exposición CAMINOS QUE SE CRUZAN AL SUR. JOVEN REALISMO ESPAÑOL
Museo Casa Ibáñez, Olula del Río. Fotografía: Lucía Rodríguez

Exposición CAMINOS QUE SE CRUZAN AL SUR. JOVEN REALISMO ESPAÑOL
Museo Casa Ibáñez, Olula del Río. Fotografía: Lucía Rodríguez

Cuadros de Eduardo Millán en la exposición de jóvenes realistas del Museo Casa Ibáñez.
Fotografía: Lucía Rodríguez

Obra de Paco Lafarga en la exposición de jóvenes realistas del Museo Casa Ibáñez.
Fotografía: Lucía Rodríguez

 En la web del museo podéis conocer a todos los integrantes de la exposición y sus obras:
http://museocasaibanez.org/exposiciones/caminos-que-se-cruzan-al-sur-joven-realismo-espanol-nueva-exposicion-en-el-museo-ibanez/

 Los que seguís este blog sabéis que he asistido a todos los cursos anteriores; sin embargo, este año, por estar involucrada en otros proyectos, decidí no solicitarlo. Pero lo que sí he hecho ha sido viajar hasta allí para saludar a tantos amigos que repetían experiencia. Un reencuentro corto pero emotivo e intenso, que es algo que debemos agradecer a esa mágica conexión que nos brinda el arte.

 Aquí os dejo unas cuantas fotografías, aprovechando también este espacio para mostrar mi agradecimiento a Lola, Baltasar y Manolo, trabajadores del museo que ya se jubilan y que tanto se han preocupado estos años para que a los alumnos no nos faltara de nada. Un abrazo bien fuerte para los tres.

Andrés Ibáñez en el acto de clausura del V Curso de Realismo y Figuración. En la imagen,
homenaje de despedida a Lola, Manolo y Baltasar. Olula del Río (Almería) 2016.

V Curso de Realismo y Figuración Museo Casa Ibáñez, Olula del Río 2016
De izq a dch: Eduardo Alsausa, Jean Carlos Puerto y Jesús de la Rosa
Fotografía: Lucía Rodríguez

Eduardo Alsasua trabajando el bodegón en el V Curso de Realismo y Figuración Museo Casa Ibáñez
Fotografía: Lucía Rodríguez

Enrique Reche y Odu Carmona en el V Curso de Realismo y Figuración Museo Casa Ibáñez
Fotografía: Lucía Rodríguez

Odu Carmona y Paco Ruiz en el V Curso de Realismo y Figuración Museo Casa Ibáñez
Olula del Río 2016. Fotografía: Lucía Rodríguez

Autorretato de Antonio Ortiz en el V Curso de Figuración y Realismo Museo Casa Ibáñez
Fotografía: Lucía Rodríguez

Eva Ruiz en el V Curso de Realismo y Figuración Museo Casa Ibáñez
Fotografía: Lucía Rodríguez

Ignacio Martín en el V Curso de Realismo y Figuración Museo Casa Ibáñez
Fotografía: Lucía Rodríguez

Momento para el recuerdo de Eva Ruiz, Lynn Guo y Raquel Gómez
V Curso de Realismo y Figuración. Fotografía: Lucía Rodríguez

Uno de los momentos de tertulia en el curso con los maestros Antonio López y Andrés Ibáñez
Fotografía: Lucía Rodríguez

Lucía Rodríguez y  Eva Ruiz, Olula del Río 2016. Fotografía: Lynn Guo

Lucia Rodríguez Vicario, Olula del Río 2016
Fotografía: Alfonso Alonso

Andrés García Ibañéz, Baltasar, Lola, Lynn, Manolo y Peter. Olula del Río 2016

miércoles, 18 de mayo de 2016

ARTE, ARTISTAS Y AMIGOS

La amplia oferta de Realismo que propone Madrid para estos meses no es para perdérsela, así que allí me fui unos días, acompañada de mis dos queridos amigos Lola y Alfonso. Ellos también son artistas por lo que os podéis imaginar cómo cundieron las jornadas: visitas a museos, exposiciones, talleres de otros amigos y conversaciones de esas que se alargan hasta bien entrada la noche.

Cartel de la exposición Realistas de Madrid
(Detalle de El cuarto de baño, obra de Antonio López)

 Empezamos por la exposición Realistas de Madrid en la que el Museo Thyssen Bornemisza recopila obra de ese grupo  de pintores y escultores que conforman Antonio López, María Moreno, Julio López, Francisco López, Isabel Quintanilla, Amalia Avia y Esperanza Parada, y que desde los años 50 han compartido arte, temática y vivencias. Todo ese mundo en común queda perfectamente reflejado en las salas, que muestran los mismos motivos pictóricos y, a su vez, las diferencias artísticas de cada uno de los autores.  Fueron más de tres horas las que pasamos entre sala y sala, deteniéndonos en cuadros y esculturas, no siempre en silencio, pues los comentarios brotaban frecuentemente haciendo que los encargados de sala sisearan llamándonos al orden.


Detalle de Lavabo y espejo. Obra de Antonio López

Detalle de Jardín de Poniente, obra de María Moreno

Obra de María Moreno

Parte de su familia, obra de Julio López

El sueño, obra de Julio López

Escultura de Francisco López

Ventana, obra de Isabel Quintanilla

Detalle de Barrio de Vallecas, obra de Isabel Quintanilla

Ministerio de Fomento, obra de Amalia Avia

Obra de Esperanza Parada

 La exposición es magnífica, y casi sin darnos cuenta se nos echó encima la hora de la comida; lo que vino muy bien para darnos un respiro y despejar la mente antes de acceder a la planta baja del museo donde nos aguardaban los Wyeth.




 Wyeth: Andrew y Jamie en el estudio nos presenta una retrospectiva de la obra de ambos, en la que podemos encontrar puntos en común y la influencia de Wyeth padre sobre Wyeth hijo a la hora de elegir el tema que plasmar, siempre extraído de su entorno cotidiano, ya se trate de retratos, figuras, animales o paisajes. De nuevo mundos paralelos con una factura pictórica individual.


Obra de Andrew Wyeth

Obra de Jamie Wyeth


Obra de Andrew Wyeth


Orca Bates, obra de Jamie Wyeth


Helga, obra de Andrew Wyeth


A.W. trabajando en la serie Piss, obra de Jamie Wyeth

 La exposición se ve además reforzada y enriquecida con las fotografías de la francesa Joséphine Douet que ocupan las paredes de la sala Contexto en la primera planta. The Secret Sits es el resultado de un mes de estancia de la fotógrafa en Chadd Ford, la ciudad natal de Andrew Wyeth; una inmersión en los paisajes y el paisanaje del lugar con el objetivo de reinterpretar con imágenes el mundo pictórico de Wyeth. Fotografías en blanco y negro que nos remiten, desde una perspectiva actual, a la esencia de los cuadros del pintor. Un reflejo fotográfico que es todo un acierto.




Obra de Andrew Wyeth

Girl from Maine, 2015. Joséphine Douet

Obra de Andrew Wyeth

Fotografía de Josephine Douet

Obra de Andrew Wyeth

Fotografía de Josephine Douet

Obra de Andrew Wyeth

Fotografía de Josephine Douet

 La tarde aún nos dio para visitar otra colectiva de Realismo en el Centro Cultural Adolfo Suárez, en Tres Cantos, donde la galería Ansorena presenta a 37 artistas de entre ochenta y treinta años. Bajo el título Realismo en España. 50 años se agrupa el trabajo de varias generaciones y se hace un repaso de la situación actual del realismo español, con autores de la talla de Antonio López, Andrés García Ibáñez, Dino Valls, Roberto González Fernández, Muñoz Vera, Eduardo Naranjo y un largo etc., sin dejar de lado la escultura, con piezas de Julio y Paco López, Pedro Quesada y Cristobal. Me alegró enormemente ver obra de compañeros y amigos allí colgada, como la de Jorge Abbad, Íñigo Navarro, Alberto Martín Giraldo o Carlos Tárdez.



Exposición Realismo en España. 50 años, Centro Cultural Adolfo Suárez (escultura de Pedro Quesada y cuadro de Alberto Martín Giraldo). Fotografía: Lucía Rodríguez.


Exposición Realismo en España. 50 años, Centro Cultural Adolfo Suárez (escultura de Cristobal, cuadro de la Alhambra de Muñoz Vera y retrato en proceso de Antonio López obra de Jorge Abbad).
Fotografía: Lucía Rodríguez


Exposición Realismo en España. 50 años, Centro Cultural Adolfo Suárez
Obra de Dino Valls. Fotografía: Lucía Rodríguez

Exposición Realismo en España. 50 años, Centro Cultural Adolfo Suárez
Obra de Roberto González Fernández. Fotografía: Lucía Rodríguez

 Al otro día, por la mañana, fuimos al estudio de Jorge Abbad, al que conocemos por coincidir en algunos cursos de pintura con Antonio López. Fue un encuentro muy agradable, con almuerzo incluido, que sirvió para ponernos al día en cuanto a proyectos y aconteceres.


Alfonso Alonso, Jorge Abbad, Lola Noguero y Lucía Rodríguez (Madrid, 15 de abril 2016)

http://jorgeabbad-jaimedearagon.blogspot.com.es/p/blog-page.html

 A la tarde, visitamos a Roberto González Fernández, artista y amigo de Alfonso. Yo no lo conocía en persona, pero seguía su trabajo y admiraba su obra desde que vi una exposición suya en la Sala Italcable de Málaga. Y ahora que lo he tratado, más admiración le tengo. Es una persona muy creativa, reflexiva, activa y dinámica; muy implicada en sus temas y sus series; lo mismo pinta, que fotografía, que esculpe, que edita libros. La charla con él fue realmente enriquecedora e ilusionante.


Alfonso Alonso y Roberto González Fernández
Fotografía: Lucía Rodríguez

Lucía Rodríguez con Roberto González Fernández

http://www.r-gonzalezfernandez.com/

 Por último, nos acercamos a ver la muestra de Realismo que ha organizado la Fundación Arcilla en el Ateneo, donde se exhiben una veintena de cuadros de reconocidos realistas, así como esculturas de José Manuel Belmonte y Pedro Quesada. Allí nos esperaba Andrea Serrat, que no quiso dejar pasar la oportunidad de reencontrarnos, algo que le agradezco, pues siempre es un placer disfrutar de su compañía cuando paso por Madrid.


Lucía Rodríguez, Lola Noguero y Andrea Serrat en el Ateneo de Madrid
(al fondo: esculturas de Belmonte)
http://www.andreaserrat.com/ http://www.cargocollective.com/andreaserrat

Como veis, estos días en Madrid  me he empapado de Realismo, pero también ha sido muy importante el contacto de tú a tú con todos estos artistas y sus mundos. Ahora queda un proceso de masticar y digerir todo esto para ordenar mis inquietudes, necesidades y carencias, y, sin dudarlo, ¡seguir trabajando!

 Por supuesto, no puedo cerrar este post sin darle las gracias a Antonio y a Lola, quienes tan fácil nos lo han puesto todo. Fue un placer alojarnos en su casa y compartir parte de estos días con su familia. Un besote para ellos y otro para los niños. ¡Muack, muack!

http://www.nogueroiglesias.com/galeria.asp?sala=1