sábado, 30 de enero de 2021

MANET POR SÍ MISMO

Ana María Matute, que fue profesora visitante en varias universidades norteamericanas en 1965, solía decirle a sus alumnos al inicio del curso:

"Vosotros tenéis profesores de Literatura que os acercan a la Literatura como yo no sé hacer, pero es que yo soy la Literatura."
 Me he acordado de esa frase al leer Manet por sí mismo (Editorial Plaza & Janés), porque no se trata de un libro de Historia del Arte que nos acerque a la vida del pintor, sino que es el propio Manet abriéndose en canal para disfrute nuestro.

Manet por sí mismo, Edición de Juliet Wilson-Bareau
Editorial Plaza & Janés

 Durante los días que he estado enfrascada en sus páginas, el pintor ha compartido conmigo su vida, su obra y sus pensamientos, acercándome de una forma increíble a su persona.
 La verdad es que echo en falta este tipo de publicaciones donde el autor se desnuda y nos muestra su manera de ser, de pensar, de sentir, sus ideas y sentimientos. Cartas a Theo de Vincent Van Gogh y Cartas, la correspondencia de Miguel Ángel reeditada recientemente por Alianza, son buenos ejemplos de lo que digo.


 Juliet Wilson-Bareau, historiadora especializada en arte español y francés, sobre todo en Goya y Manet, ha sido la encargada de mostrarnos al artista desde la propia voz del pintor, como si de un autorretrato se tratara.

Este magnífico libro demuestra la unidad esencial del arte y la vida de Manet. Mientras que los críticos de su época lo tachaban de “incoherente”, él juzgaba la gran diversidad de su obra como su valor más positivo, ya que reflejaba la espontaneidad y la fuerza de sus respuestas ante el mundo que le rodeaba. Sus primeras cartas, escritas a sus padres antes de convertirse en estudiante de Bellas Artes, ya revelaban su agudo poder de observación, así como su inclinación hacia los enfoques radicales y libres que fueron una de las fuerzas motrices del arte elegante burgués.

Las opiniones de este artista parisino se reflejaban en todas sus conversaciones y en las cartas que escribió a su familia, sus amigos, a Baudelaire, a Pantin-Latour, a Duret, a Mallarmé y, en especial, a Zola. Además la conversación de Manet era tan animada y sus chistes tan sorprendentes que también subsisten muchos recuerdos fiables de sus palabras. De su correspondencia y conversaciones se desprenden sus esperanzas y temores, los éxitos y fracasos de este carácter artístico tan sumamente activo.
Del prólogo de Manet por sí mismo

 Os dejo con algunos fragmentos de la publicación:

A Henry Fantin-Latour (3 septiembre 1865) desde el Gran Hotel de París, Puerta del Sol, Madrid, domingo por la mañana.

Cómo le echo de menos y cuánto le hubiera gustado ver a este Velázquez, sólo por conocer su obra vale la pena haber hecho todo el viaje; los pintores de todas las escuelas que lo rodean en el museo de Madrid, y que están muy bien representados, parecen a su lado unos aficionados. Es el mejor pintor de todos; no me ha sorprendido, me ha encantado. El retrato de cuerpo entero que tenemos en el Louvre no es de él;

Basado en el retrato de Felipe IV vestido de cazador de Velázquez
Manet, 1862
 

sólo la autenticidad de la Infanta no puede ponerse en duda. Aquí hay un cuadro enorme, lleno de personajes pequeños similares a los que hay en el cuadro del Louvre llamado los Caballeros,

Basado en Los pequeños caballeros de Velázquez, Manet (aprox. 1858-1859)

pero la representación de las mujeres, así como la de los hombres, quizá sea de mayor calidad y, sobre todo, están completamente exentos de restauración. El fondo (el paisaje) es de un alumno de Velázquez.

 La obra más sorprendente de esta espléndida colección, y probablemente la pintura más sorprendente que jamás se haya hecho, es el cuadro indicado en el catálogo como retrato de un actor célebre en tiempos de Felipe IV; el fondo desaparece, parece que sea aire lo que rodea a ese hombre vestido de negro y lleno de vida; y las Hilanderas, el bello retrato de Alonso Cano, las Meninas (con los enanos): ¡otro cuadro extraordinario! Los filósofos… ¡qué obras más sorprendentes! También los enanos, sobre todo uno que está sentado de frente y en jarras: una pintura de calidad para un verdadero entendido. Y sus magníficos retratos, habría que mencionarlo todo, sólo hay obras maestras. El famoso retrato de Carlos V realizado por Tiziano, verdaderamente merecedor de su fama, en cualquier otro lugar me habría parecido bien, pero aquí, comparándolo con los demás, parece de madera.

 Y Goya, el más curioso después del maestro, al que ha imitado demasiado y del modo más servil. Pero a pesar de ello tiene una gran inspiración. En el museo hay dos bellos retratos ecuestres suyos al estilo de Velázquez, que de todos modos son bastantes inferiores. Lo que he visto de él hasta ahora no me ha gustado demasiado; estos días voy a ver una magnífica colección suya en la casa del duque de Osuna.

 Me siento contrariado, hace mal tiempo esta mañana  me temo que la corrida de toros que debía celebrase esta tarde, y a la que me gustaría asistir, se posponga para no sé cuándo. Mañana iré a visitar Toledo. Veré obras del Greco y de Goya que, según me han dicho, están muy bien representados allí.

 Madrid es una ciudad agradable, llena de distracciones. Los paseos por El Prado son muy placenteros, está lleno de mujeres bonitas con mantilla, (…)

            En El Prado, aprox. 1863                                Flor exótica, 1868

 En las calles se observa una gran variedad de trajes; los toreros también tiene un traje de calle muy curioso.

 Adiós, querido Fantin, reciba un saludo, atentamente suyo.

 É. Manet

(Del capítulo El viaje a España, septiembre de 1865)

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Relatado por Émile Zola (publicado 10 de mayo de 1868)

[Durante las sesiones de su retrato] No, no puedo hacer nada sin la naturaleza. No sé inventar. Cuando he intentado pintar basándome en las lecciones que he aprendido, no he hecho nada que valiera la pena. Si hoy soy mejor es gracias a la interpretación exacta y al análisis fiel.

(Del capítulo Baudelaire y Zola)

Retrato de Émile Zola, 1868

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Relatado por Antonin Proust (sin fecha)

[…] Estamos en el camino equivocado. ¿Quién ha dicho que el dibujo es la escritura de la forma? La verdad es que el arte desde de ser la escritura de la vida. Es decir, en las Escuelas de Bellas Artes se hacen obras bellas, pero constituyen un trabajo despreciable (…).

 Un artista debe ser “espontáneo”. Ésta es la palabra correcta. Pero para tener espontaneidad, hay que dominar el arte. Los tanteos no conducen a ninguna parte. Hay que traducir lo que uno siente, pero traducirlo instantáneamente, para decirlo de algún modo. Se habla del esprit de l’escalier, o una manifestación tardía en respuesta a algo que ya ha pasado. Nunca se habla de l’esaclier de l’esprit, o la escalera que conduce a la sensatez y sabiduría. Sin embargo hay mucha gente que intenta subirla y nunca llegan al final, dada la dificultad para subir un solo escalón. En realidad, nos damos cuenta de que lo que hicimos el día anterior ya no está de acuerdo con lo que hacemos al día siguiente.

 Personalmente, me importa muy poco lo que se haya dicho sobre el arte. Pero si tuviera que dar una opinión, la expondría así: todo lo que tiene espíritu de humanidad, espíritu de contemporaneidad es interesante. Todo lo que carece de ello no tiene ningún valor.

(Del capítulo Conversaciones de Manet sobre el arte)

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Relatado por Georges Jeanniot (1882)

En arte, la concisión es una necesidad y una cuestión de elegancia. El hombre conciso hace reflexionar, el hombre verboso aburre. Buscad siempre la concisión… En una figura, buscad las zonas esenciales de luz y sombra; el resto saldrá por sí solo, a menudo sin necesidad de un gran esfuerzo.  Puesto que la naturaleza tan sólo nos proporciona información, debéis cultivar la memoria, que es como una barandilla que impide caer en la trivialidad… Hay que ser siempre el dueño y señor y hacer lo que nos divierta. ¡Que no sea un castigo, no, nunca un castigo!

(Del capítulo Conversaciones de Manet sobre el arte)

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Relatado por Gaston La Touche (hacia 1878)

 Le agradezco que haya pensado en mí, pero no puedo tomar alumnos. Además, ¿qué podría enseñarle? Nada; o muy pocas cosas que puedo resumir en un par de frases: el negro no existe, ésta es la primera frase; no haga nada cuya visión se base en la obra de otra persona, ésta es la segunda. Así, que márchese a su casa y pinte tan sólo a partir de la naturaleza, que es mucho más importante que los Sres. X, Y y Z.

(Del capítulo Conversaciones de Manet sobre el arte)

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Relatado por Antonin Proust (1876)

Los museos siempre me han desesperado. Siento una gran tristeza cuando entro en uno y veo la apariencia miserable de las pinturas. Los visitantes y los guardas, todos pululan. Los retratos no tienen vida. Sin embargo, entre los retratos están (haciendo un chasquido con la lengua) los Velázquez, los Goya, los Hals y, entre los nuestros, los Largillère, los Nattier, porque hay que reconocer que esos bribones sabían lo que hacían. Quizás pequen de ser demasiados ordenados, pero nunca perdían de vista la naturaleza, ¡Y los Clouet! Cuando pienso que se dio preferencia al Rosso y el Primatticio sobre Clouet.

(Del capítulo Conversaciones de Manet sobre el arte)

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Relatado por Stéphane Mallarmé [publicado el 30 de septiembre de 1876]

(Versión en español de la traducción inglesa de 1876 del texto francés extraído) Cada vez que se empieza un cuadro… uno se lanza de cabeza a ello y se siente como un hombre que sabe que el método más seguro de aprender a nadar sin ningún riesgo es, por peligroso que pueda ser, lanzarse al agua (…) Nadie debería pintar un paisaje y una figura siguiendo el mismo procedimiento, ni con el mismo conocimiento, ni de la misma forma; y lo que es más, ni siquiera dos paisajes o dos figuras. Cada obra debe de ser una nueva creación de la mente. Es cierto que la mano conservará algunas técnicas secretas que ha adquirido, pero el ojo debe olvidar todo lo que ha visto y aprender una nueva lección a partir de lo que se le presenta. Debe dejar de lado los recuerdos, ver solo lo que estamos mirando, como si fuera la primera vez; y la mano debe convertirse en una abstracción impersonal guiada únicamente por la voluntad, olvidadiza de toda habilidad anterior.

(Del capítulo Conversaciones de Manet sobre el arte)

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 Relatado por Antonin Proust (1879-1882)

Esta guerra de cuchillos me ha herido profundamente. He sufrido mucho, pero ha sido un gran estímulo. Desearía que ningún artista fuera alabado y lisonjeado cuando está empezando. Esto destruye su personalidad. ¡Qué estúpidos! No han cesado de decirme que soy contradictorio: no podían decirme nada más elogioso. Mi ambición siempre ha sido mantener esta contradicción, no repetir mañana lo que hice ayer, sino responder constantemente con una visión fresca e intentar hacer escuchar una nueva nota.

 ¡Ah! Los inmóviles que siguen una fórmula, se aferran a ella y se hacen ricos, pero ¿qué tiene eso que ver con el arte? ¿Puedes decírmelo? Por el contrario, la función del hombre que tiene ingenio es dar un paso adelante, un paso significativo. La gente del próximo siglo será muy afortunada, amigo mío; su visión estará más desarrollada que la nuestra. Verán mejor.

(Del capítulo Conversaciones de Manet sobre el arte)

 Manet, entre sus dudas e inquietudes, marca sus propias pautas para desarrollar su pintura. Pautas que deberíamos de tomar casi a modo de mandamientos:

–Cada obra debe de ser una nueva creación de la mente.

–No aferrarse a la fórmula que te dio el éxito.

–No perder de vista la naturaleza.

–No pintar basándose en la obra/visión de otro artista.

–Buscar siempre la concisión.

–Ningún artista debería ser alabado y lisonjeado en sus inicios.


Nota: los textos en color y las imágenes que los acompañan pertenecen a Manet por sí mismo, editado por Plaza & Janés.


2 comentarios:

  1. Me ha encantado y tiene tanta razon en sus afirmaciones sobre el arte!!! Enhorabuena una vez mas Lucia!!

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    1. Me alegra que te haya gustado y que coincidamos con Manet.
      Un saludo.

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