Michel Plasson es el pintor, uno de los personajes que confluyen en la posada de Almayer, y Alessandro Baricco es el escritor, a cuya imaginación debemos las siguientes líneas:
[...]
PLASSON -Es difícil.
BARTLEBOOM -No me lo digáis a mí. Yo no sabría dibujar siquiera este pedazo de queso; es un misterio cómo podéis hacer esas cosas. Para mí es un misterio.
PLASSON -El mar es difícil.
BARTLEBOOM -...
PLASSON -Lo difícil es comprender por dónde empezar. Veréis, cuando hacía retratos, retratos a la gente, yo sabía por dónde empezar, miraba aquellas caras y sabía exactamente...
[...]
PLASSON -Cuando hacía retratos a la gente, empezaba por los ojos. Me olvidaba de todo lo demás y me concentraba en los ojos, los estudiaba, durante minutos y minutos, después hacía un bosquejo, a lápiz, y ése era el secreto, porque una vez que se han dibujado los ojos...
BARTLEBOOM -...
PLASSON -...
BARTLEBOOM -¿Qué sucede una vez que se han dibujado los ojos?
PLASSON -Sucede que todo lo demás sale por sí mismo, es como si todos los demás elementos surgieran solos en torno a ese punto inicial, ni siquiera es necesario...
BARTLEBOOM -Ni siquiera es necesario.
PLASSON -No. Uno puede evitar mirar al modelo, todo sale por sí mismo, la boca, la curva del cuello, hasta las manos... Pero lo fundamental es empezar por los ojos, ¿entendéis?, y ahí está el verdadero problema, el problema que me está volviendo loco reside exactamente ahí...
[...]
PLASSON -El problema es ¿dónde narices están los ojos del mar? No conseguiré hacer nada hasta que lo descubra, porque ése es el principio, ¿entendéis?, el principio de todo, y hasta que comprenda dónde está tendré que seguir pasando mis días mirando esta maldita extensión de agua sin...
[...]
Sobre el alféizar de la ventana de Bartleboom, esta vez eran dos los que estaban sentados. El niño de siempre. Y Bartleboom. Las piernas colgando, en el vacío. La mirada colgando, sobre el mar.
-Escucha, Dood...
Dood se llamaba el niño.
-Visto que siempre estás aquí...
-Mmmmh.
-Tú quizás lo sepas.
-¿Qué?
-¿Dónde tiene el mar los ojos?
-...
-Porque los tiene, ¿verdad?
-Sí.
-Y ¿dónde narices están?
-Los barcos.
-Los barcos ¿qué?
-Los barcos son los ojos del mar
Merece la pena superar el desconcierto inicial e ir avanzando en la lectura hasta alcanzar el capítulo 8. Entonces, compuesto el puzzle que nos ofrece Baricco, todo termina de cobrar sentido y el italiano vuelve a deleitarnos (como ya hiciese en mi caso con Seda y Esta historia) con su estilo y su magia.
Hablando de Plasson y de marinas, dejo caer aquí dos nombres: el del malagueño José Carlos Robles de la Cruz (1982) que ha heredado la maestría de su padre, el reconocido pintor Robles Muñoz fallecido hace unos años, y el del onubense Enrique Romero Santana (1947). Las marinas del primero, con las olas rompiendo espumeantes sobre las orillas del litoral malagueño, son un trabajo de orfebrería, mientras que la pincelada suelta y enérgica, casi expresionista del segundo, nos muestra el "agua en estado puro sin una referencia a la que agarrarse". Dos nombres, dos pintores y dos maneras diferentes de retratar el mar.
Para ampliar información sobre ellos o ver sus obras:
roblesdelacruz.blogspot.com
Santana el pintor de la sutileza: artículo de Margot Molina aparecido en El País Andalucía del 16 de junio de 2012.
Texto de Océano mar extraído de la Colección Compactos de Anagrama.
Traducción de Xavier González y Carlos Gumpert.
Ilustración de la portada: Blue and Silver; Chopping Channel, Free Gallery of Art, Smithsonian Institution, Washington, D.C.
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