martes, 16 de abril de 2013

PORTADAS



               




La mesita de noche de Pedro (yo soy más ordenada y no acumulo en ella las lecturas), está ocupada por una torre de libros, novelas sobre todo que desaparecen conforme las va leyendo. Es por eso que la portada del libro que lee en esos momentos y que ocupa lo alto de la pila, me acompaña durante días o semanas. A veces esa portada es bonita, otras fea o anodina. La última, hasta el jueves de la semana pasada, cuando fue al CAC Málaga a la presentación de la nueva novela del amigo Pablo Aranda, era Indian Country, un libro de relatos de Dorothy M. Johnson (entre ellos Un hombre llamado caballo y El hombre que mató a Liberty Valance, llevados con gran éxito al cine) con un detalle de un precioso óleo de Frederic Remington (1861-1909).



Pony tracks in the buffalo trails, óleo de Frederic Remington


 Pedro es un enamorado del western, así que yo ya conocía la obra de Remington antes de dedicarme a la pintura. Además, conserva como oro en paño un volúmen de Contemporary Western Artists que recoge el trabajo  de centenares de artistas que decidieron plasmar su visión del Far West. Una auténtica joya.



Peggy and Harold Samuels, Bonanza Books, New York




     
         Tewa Spirit, William Acheff
       


Sitting Bull, Michael Gnatek




Dust of many pony soldiers, Howard Terpning



 Pues bien, ahora que Pedro ha terminado su lectura y se ha saltado el orden para colocar en primer lugar la nueva novela de Pablo Aranda (Los soldados), echo de menos la portada de Indian Country; aunque he de reconocer que, desde hace unos días, no deja de inquietarme la imagen de ese hombre que camina bajo la lluvia. La ilustración es de Pere Ginard, pero lo más inquietante, dice Pedro, está en el interior, porque a Pablo esta vez le ha salido una novela negra. En fin, un brindis por ese regreso de Pablo a las librerías. 

Y una recomendación, señores editores: no descuiden las portadas. Frente al libro electrónico, las portadas son  hoy más importantes que nunca. Para mí es una cuestión estética. Para mis hijos algo lúdico, como cuando colocaban sus libros de Disney boca arriba sobre las sábanas de la cama para jugar con ellos.



2 comentarios:

  1. Hace poco descubrí una editorial que cuida mucho la estética artística de sus libros:
    Editorial Impedimenta.

    Su catálogo del 2012 es una preciosidad. Creo que te encantaría.

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    1. Sííí..., la conozco. De Impedimenta tenemos en casa "La soledad del corredor de fondo" (¡cómo no!), de Alan Sillitoe, y "¡Abajo el colejio!" (con j, eh), de Geoffrey Willians y el ilustrador Ronald Searle, una especie de antecedente british del Pequeño Nicolás, que le regalamos a Enzo.
      De todas formas, gracias por la recomendación, miraré ese catálogo.
      Un saludo.

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