Hoy, 23 de abril, Día del libro, se celebra la ceremonia de entrega del Premio Cervantes y lo recibirá Elena Poniatowska.
Periodista, novelista, cronista, ensayista..., con una gran curiosidad por las vidas ajenas, Elena se deja atrapar por personajes reales, personas que ejercen un magnetismo sobre ella y que la llevan a indagar y a escribir sobre estos, en esa línea tenue que delimita la ficción de la realidad. "Una buscadora de vidas", como la define la revista Mercurio de este mes, donde también la llaman "La princesa roja", pues a pesar de ser descendiente de la monarquía polaca, siempre se ha mostrado sensible a los desposeídos, los olvidados, los débiles, las mujeres maltratadas, las actitudes machistas y las causas injustas. Una escritora que ya fue Premio Alfaguara en 2001 con La piel del cielo, Premio Internacional Rómulo Gallegos en 2007 con El tren pasa primero, y Premio Biblioteca Breve 2011 con Leonora (a la que ya dediqué una entrada en este blog el 23 de enero de 2013: Leonora o de cómo los objetos te conectan con las personas).
En estas vacaciones de Semana Santa, aproveché una mañanita de sol para la lectura de Querido Diego, te abraza Quiela.
Diego es Diego Rivera, el pintor y muralista mexicano siempre vinculado a Frida Khalo.
Quiela es Angelina Beloff, pintora rusa, quien fue la primera mujer de Diego y madre de su único hijo, a la que dejó en París cuando se volvió a México.
En 12 cartas, escritas por Quiela y dirigidas a Diego, de las que sólo la última es original, la escritora Elena Poniatowska nos presenta la historia de la pareja:
La historia de un amor abandonado y del deseo de recuperarlo.
La historia de una mujer entregada y necesitada del otro.
La historia de la pérdida de un hijo y del anhelo de la maternidad.
Una historia de silencio y soledad, pero también una historia de las inquietudes y obsesiones de dos artistas.
Una historia realmente bien contada en 88 páginas, repletas de sentimientos, emociones y sensaciones. Y todo ello publicado por Impedimenta en una cuidada edición donde hasta la portada entra por los ojos.
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