viernes, 3 de abril de 2015

EL ARTE Y EL MERCADO




La portada de El País Semanal del pasado domingo día 29 nos presentaba al artista Óscar Murillo bajo el titular: "Este hombre ha revolucionado el mercado del arte". Y yo, que acabo de leer estos días "El mapa y el territorio" de Houellebecq y que todavía tengo sobre la mesa de la cocina los recortes de periódicos alusivos a ARCO, no paro de darle vueltas a esto del "mercado del arte": los precios que algunas obras alcanzan, la fama a la que algunos artistas llegan, quién decide lo que "vale" y lo que no...





 Aunque "El mapa y el territorio" abarca diversos temas, como la muerte, las relaciones interpersonales, el consumismo o el dinero, la novela arranca con el encuentro entre esos dos grandes pesos pesados del Arte Contemporáneo que son Jeff Koons y Damien Hirst. Es ese tratamiento que hace el francés del mundo artístico, lo que me atrajo a sus páginas: el mercado del arte, el papel de los críticos y la galerías... De hecho, el protagonista es un artista: un pintor y fotógrafo que, casi por casualidad y de manera inesperada, alcanza el éxito en su carrera con obras de títulos tan extravagantes e irónicos como El arquitecto Jean-Pierre Martin abandonando la dirección de su empresa, Bill Gates y Steve Jobs conversando sobre el futuro de la informática o Damien Hirst y Jeff Koons repartiéndose el mercado del arte.

 El libro de Houellebecq, con una escritura fluida y dinámica, te engancha con una sucesión de hechos que inesperadamente envuelven al protagonista, al final de la novela, en la resolución de un caso criminal del cual no quiero darles cuenta. Sí puedo adelantarles que el título (El mapa y el territorio) hace referencia a esa dualidad entre lo esquemático y ordenado de un mapa y la reinterpretración que cada uno hace de éste para convertirlo, con sus propias percepciones, en un territorio. Las líneas planas de las calles de un barrio parisino, trazadas sobre un papel, frente a esas mismas calles en tres dimensiones por las que pasean los personajes que aparecen en sus páginas.






Plaza de la República, París


 Quizás eso mismo sea lo que pasa con el arte, cuya interpretación se atiene inequívocamente a la propia experiencia de cada espectador. Un observador que, a veces, es fácil de manipular, como lo demuestra el hecho de que todos los artistas emergentes y cotizados arrastren siempre la interrogante de saber si, pasado el tiempo, seguirán manteniéndose arriba. Artistas, que aunque quizás sólo lo sean de momento, no quieren perder el salto. Artistas a los que la historia del arte habrá de poner en su sitio.

 Y dicho esto, vuelvo a los recortes que hay sobre la mesa y releo los subrayados: 

"Wilfredo Prieto dio el pelotazo mediático en Arco con un vaso medio lleno, y le puso de precio 20.000 euros. Mucha gente coincide en que si le hubiese puesto a su obra dos euros, no sería arte, sería un vaso medio lleno. [...] En realidad el verdadero arte, y no es un arte menor, es ponerle precio a algo que un camarero en cualquier bar sirve gratis".


Wilfredo Prieto

http://cultura.elpais.com/cultura/2015/02/28/actualidad/1425149901_581064.html 

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"El artista "contemporáneo" cada vez depende más de las manos del galerista, de su capacidad de convencer del potencial de revalorización de la obra".

http://www.diariosur.es/opinion/201503/04/arco-arte-contemporaneo-20150304001047-v.html

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"Es una cuestión de mercado. La inversión en arte es ahora más rentable que la Bolsa o el sector inmobiliario. Es la única industria, si la podemos llamar así, que no está regulada por nada. Uno compra una obra hoy y dentro de cuatro años vale cinco veces más. Eso no pasa en otros sectores".




Obras de Liliana Porter


http://cultura.elpais.com/cultura/2015/02/17/babelia/1424170514_431175.html

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 "SIEMPRE LO PIENSO: no malgastar el tiempo hablando de lo prescindible. Luego, de pronto, se me sube la sangre a la cabeza y me pongo guerrillera, sobre todo porque se va a comentar mucho la muestra y va a estar muy a mano -en unos unos meses visitará el Guggenheim de Bilbao-, así que me siento obligada a advertirles: se trata de una exposición que se pueden perder. Mejor dicho: que deben perderse. [...] Eso es lo malo de propuestas como las de Koons: dar argumentos a los que piensan que el arte producido ahora mismo es un montón de estupideces para incautos. [...] En la muestra -que se hace eterna sala tras sala- se resume una trayectoria larguísima de Koons: a punto de ser interesante en los primeros años, incluso con sus apropiacionismos y sus imágenes del entonces mediático Michael Jackson con el monito todo de oro, una escultura tan circulada como la cama de Emin; pasando por sus "actuaciones" con la pornoestrella Cicciolina; hasta llegar a la obra reciente para la cual por mucho que busco no encuentro el adjetivo. [...] el rey del pop (refiriéndose a Jeff Koons) es hoy, sobretodo, el rey de las finanzas. Y no sigo porque hablar de dinero es una ordinariez y si no se habla de dinero en esta exposición queda poco por decir".


Obra de Jeff Koons

http://cultura.elpais.com/cultura/2014/06/30/babelia/1404147165_515619.html

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"De lo que no le gusta hablar a este artista es de precios. Sabe que son altos, pero no se vuelve loco por ello. Lo que no quiere es que el mercado secundario desbarate los precios de su obra. "Me disgustaría ver subastas en las que un cuadro mío multiplicase su precio por tres. No podría impedirlo, pero no me gustaría. Distorsiona el mercado y no en beneficio del arte o de los artistas precisamente".


Secundino Hernández


http://cultura.elpais.com/cultura/2014/06/24/babelia/1403602023_785037.html

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"[...] los 356.000 euros que, dicen, pagó Leonardo DiCaprio por uno de los cuadros de Murillo en una subasta. Aquel radical salto a la fama fue seguido de acusaciones: se decía que el coleccionista Charles Saatchi había inflado el mercado con la compra de ocho obras de Murillo. En en reportaje televisivo, el artista mismo decía mostrarse en contra. "Puedo estar en desacuerdo de cómo funciona el mercado, pero yo no estoy aquí para satisfacer a nadie".  Carlos Urroz, director de Arco, cree que la explosión de Murillo es justa, pero aconseja serenidad: "El crecimiento en el mercado se puede deber a causas imprevisibles. Pero una vez se da, la consolidación dentro de él depende en gran parte del artista".


Leonardo Di Caprio con una obra de Óscar Murillo


http://elpais.com/elpais/2015/03/27/eps/1427483053_191694.html

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"Son pocos los que conocen qué pinta realmente el tierno Óscar Murillo y muchos los que saben el precio de sus obras, que alcanzan el cuarto de un millón de euros".


Óscar Murillo


http://elpais.com/elpais/2015/03/31/eps/1427822893_994509.html



Nota: Gracias a Miguel Ángel Moya por pasarme el libro de Houellebecq, y a Pedro por sembrarme de papelitos la mesa de la cocina.

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