sábado, 28 de septiembre de 2013

EL PENSAMIENTO VAGABUNDO


Michel de Montaigne


Cayó el otro día en mis manos un artículo de El País, escrito por Jordi Soler, que recoge unas cuantas verdades. Bajo el título de El pensamiento vagabundo hacía referencia al filósofo y escritor Michel de Montaigne, el inventor del ensayo, "ese género literario en el que cabe absolutamente todo". Mientras Montaigne pasaba largos ratos en silencio, concentrado en un solo punto para tratar de abarcarlo todo, nosotros, concentrados en múltiples puntos, no abarcamos casi nada.
 "Tanto estímulo exterior nos aleja del arte más grande de todos, que proponía Montaigne: seguir siendo uno mismo, porque para alcanzarlo se necesitan largas horas de reflexión, es decir, pasar mucho tiempo sentado en una silla o andando si es que se es afecto a los pensamientos caminados que proponía Nietzsche, sin hacer nada más que pensar y esto, en nuestro hiperactivo siglo XXI, constituye un pecado capital".
 Jordi Soler cuenta cómo se han acabado los periodos de silencio: quien va caminando va enchufado a su mp3; el que va en metro o en autobús va hablando por teléfono, respondiendo a un e-mail o absorto en la pantalla de su tableta; la gente no tiene paciencia ya para sentarse a oír un disco entero de música, ahora escuchan una sola canción que se vende en iTunes por separado; y las dos horas de las que hay que disponer para ver una película nos parecen una eternidad ante los 30 o 45 minutos que ocupan las series de televisión; la gente en lugar de periódicos lee las noticias que aparecen destacadas en los links, por no hablar de todos aquellos que han dejado de leer libros de más de 600 páginas. Pero lo que más me ha gustado del artículo es el final, cuando hace referencia a los niños y a ese mundo sin artistas al que nos lleva tanta hiperactividad:

"Este nuevo mundo vertiginoso, este ir y venir permanentemente de un fragmento a otro, es el único que conocen los niños contemporáneos, que viven en tránsito del iPad a la Playstation y cuando logran escapar de ese bucle, sus padres, convencidos de que la hiperactividad del siglo XXI es una cosa positiva, y aterrorizados ante la posibilidad de que su hijo se aburra, lo llevan a un cursillo de karate, de tenis, a clases de natación, de inglés o chino, a cualquier actividad que impida que el niño esté sin hacer nada.
 La hiperactividad de nuestro siglo es tan potente que ya el significado de la palabra ocio, que quería decir estar sin hacer nada, hoy significa tirarse en canoa por los rápidos de un río, ir a África de safari fotográfico, recorrer 10 kilómetros con la técnica del senderismo o ver, de una sentada, una temporada completa de Breaking bad. Frente a este panorama de vértigo, ¿en dónde queda Montaigne, ese señor sentado en una silla, sin hacer nada más que reflexionar?
 Tanta hiperactividad debería ser contrapesada con periodos de inactividad, de silencio, de concentración en una sola idea; porque de esos periodos de calma, de aburrimiento incluso, salen las grandes obras, detrás de cada poema, de cada sinfonía o novela, de cada lienzo, hay una persona que ha pasado largos periodos sin hacer nada. Lo mínimo que va a quedarnos de esta era proclive a los fragmentos, llena de niños sobreestimulados, que no tienen espacios para la reflexión y el silencio, es un mundo sin artistas".

 Si quieren leer el artículo completo pueden buscarlo en El País del día 7 de septiembre de 2013, en la sección de Opinión La cuarta página. El pensamiento vagabundo, por Jordi Soler.

 Y para compensar a Jordi Soler, por aprovecharme de su artículo, os muestro aquí su última novela.





 Y por aquello de Salvador Dalí y de los astronautas (¿cuántas entradas van ya con astronautas?) os dejo también esta otra portada.





4 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo en todo; me declaro Montaignesca. Gracias Lucia, por acercarnos de manera tan amena al mundo del arte, filosofóa , psicología...besos!

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  2. Considera este comentario un eco fiel del de Lourdes Ana.
    Este es un tema que me preocupa y mi duda siempre es ¿por qué ese miedo a pensar, a quedarse a solas con los propios pensamientos en silencio?

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  3. Bueno, al menos, Lucia también demuestra que piensa y actúa. Eso, hoy en día es mucho. Te felicito por conseguir hacer tantas cosas y todas todas ellas tan bien.

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  4. Gracias por vuestros comentarios.
    Seguir siendo uno mismo hoy día es una gran tarea.
    Como podéis leer en "¡Qué buen consejo! (para gente con talento)": una persona pensante debe leer, estudiar, cuestionar, evaluar y no dejar que los mentirosos le hagan creer sus mentiras.
    Besos a los tres.

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