Aquellos Car Boot Sales se realizaban en torno a los maleteros de los coches, bien en una explanada en el campo o en un parking al aire libre o cubierto, al igual que el Rastro Cultural de La Térmica que, en función del tiempo, se emplaza en los jardines de delante o en las galerías del interior, como este domingo que amenazaba vendaval.
Yo aprovecho esos domingos en La Térmica para visitar sus exposiciones temporales. El otro día, por ejemplo, vi la muestra que han organizado por los 50 años de Mafalda.
Entrar en la sala 17 fue como volver a tener 11 o 12 años: una regresión a la infancia, pues yo era de las que leía a Mafalda. Por un rato, me vi con sus libros entre las manos, leyendo esas tiras que me obligaban a veces, por el enfoque político o irónico de alguna viñeta, a buscar a mi madre para preguntarle. Recordé también los dibujos que copiaba en una cartulina blanca. Luego los coloreaba y los recortaba para decorar con ellos las carpetas del colegio. Otras veces, los copiaba en un chapón y luego me liaba con la segueta para convertirlos en llaveros.
Aquellas lecturas debieron dejar su poso, pues realmente hay mucho en mi de esa niña reivindicativa, indignada, inconformista y protestona que es Mafalda, esa niña que solo quiere un mundo tolerante, que se base en la igualdad, la justicia y la libertad. Nada de "sopa" (alegoría de la opresión dictatorial), de centrales nucleares o guerras. Qué claras tenía las cosas Mafalda, qué fácil sería el mundo si siguiéramos su punto de vista y qué poco han cambiado los problemas del mundo después de 50 años.
Me gustó el montaje lúdico y divertido de la exposición, con ese recorrido que te introduce en el salón y la cocina de la casa de los padres de Mafalda, en su dormitorio, en esos lugares donde se desarrollan las viñetas.
Y todo a color, en contraste con esos 120 facsímiles de las tiras originales que, en riguroso blanco y negro, cuelgan de las paredes, con las notas y las correcciones que el propio Quino envió para ser publicadas. Me pareció un lujo poder releer esas tiras.
Y, por supuesto, no podía faltar en este aniversario tan redondo la bola del mundo: ese globo terráqueo al que tantas vueltas dio Mafalda y al que estos días se ha encaramado para continuar interrogándole mientras reflexiona. Un mundo que todavía necesita que lo acuesten y le echen una mantita por encima.
Y hablando de mundos enfermos, tenemos la otra exposición: John Lennon & Yoko Ono: Suite 1724, que muestra fotografías, proyecciones y documentos que nos sitúan en aquellos siete días de mayo del 69 durante los cuales la pareja se encerró en dicha habitación del Hotel Queen Elizabeth de Montreal para protestar contra la guerra de Vietnam.
Las fotografías del desarrollo de aquella happening-protesta son de Bruno Vagnini, que en aquella época era un joven de 19 años que estudiaba fotografía y se acercó por el hotel casi estrenando cámara y con un solo carrete de 36. Las imágenes que consiguió captar ese día, con Lennon y Yoko tumbados en la cama de la suite recibiendo a los periodistas para mostrar su repulsa a la guerra y reivindicar la paz, son las que se pueden ver en la sala; al fondo de ella han plantado una cama sobre la que proyectan el vídeo de "Give Peace a Chance", la canción que grabaron y retransmitieron a todo el mundo desde aquella habitación.
Sobre las sábanas también proyectan el documental "Bed Peace",
mientras que carteles con la leyenda "War is Over" ocupan la pared a modo de gigantesco cabecero. Al fijarme en ellos recuerdo lo que le gustaban los Beatles a Mafalda, los posters de los de Liverpool que decoraban su dormitorio, y me doy cuenta de que, en cierto modo, ambas exposiciones están unidas.
Mafalda. 50 años
Del 11 de diciembre al 15 de febrero de 2015.
Martes a sábado: 11:00 a 14:00 y 17:00 a 21:00 horas
Domingos y festivos: 12:00 a 14:00 y 16:00 a 19:30 horas
Lunes cerrado
Sala 017 La Térmica
John Lennon & Yoko Ono: Suite 1742
Del 23 de enero al 23 de marzo de 2015
Martes a sábado: 11:00 a 14:00 y 17:00 a 21:00
Domingos y festivos: 12:00 a 14:00 y 16:00 a 19:30
Sala 014 La Térmica
Mafalda, 50 años (Fotografía: Lucía Rodríguez) |
Entrar en la sala 17 fue como volver a tener 11 o 12 años: una regresión a la infancia, pues yo era de las que leía a Mafalda. Por un rato, me vi con sus libros entre las manos, leyendo esas tiras que me obligaban a veces, por el enfoque político o irónico de alguna viñeta, a buscar a mi madre para preguntarle. Recordé también los dibujos que copiaba en una cartulina blanca. Luego los coloreaba y los recortaba para decorar con ellos las carpetas del colegio. Otras veces, los copiaba en un chapón y luego me liaba con la segueta para convertirlos en llaveros.
Fotografía: Lucía Rodríguez |
Aquellas lecturas debieron dejar su poso, pues realmente hay mucho en mi de esa niña reivindicativa, indignada, inconformista y protestona que es Mafalda, esa niña que solo quiere un mundo tolerante, que se base en la igualdad, la justicia y la libertad. Nada de "sopa" (alegoría de la opresión dictatorial), de centrales nucleares o guerras. Qué claras tenía las cosas Mafalda, qué fácil sería el mundo si siguiéramos su punto de vista y qué poco han cambiado los problemas del mundo después de 50 años.
Me gustó el montaje lúdico y divertido de la exposición, con ese recorrido que te introduce en el salón y la cocina de la casa de los padres de Mafalda, en su dormitorio, en esos lugares donde se desarrollan las viñetas.
Mafalda, 50 años (Fotografía: Lucía Rodríguez) |
Y todo a color, en contraste con esos 120 facsímiles de las tiras originales que, en riguroso blanco y negro, cuelgan de las paredes, con las notas y las correcciones que el propio Quino envió para ser publicadas. Me pareció un lujo poder releer esas tiras.
Mafalda, 50 años (Fotografía: Lucía Rodríguez) |
Y, por supuesto, no podía faltar en este aniversario tan redondo la bola del mundo: ese globo terráqueo al que tantas vueltas dio Mafalda y al que estos días se ha encaramado para continuar interrogándole mientras reflexiona. Un mundo que todavía necesita que lo acuesten y le echen una mantita por encima.
Y hablando de mundos enfermos, tenemos la otra exposición: John Lennon & Yoko Ono: Suite 1724, que muestra fotografías, proyecciones y documentos que nos sitúan en aquellos siete días de mayo del 69 durante los cuales la pareja se encerró en dicha habitación del Hotel Queen Elizabeth de Montreal para protestar contra la guerra de Vietnam.
Cartel de la exposición John Lennon & Yoko Ono: Suite1742 |
Fotos de Bruno Vagnini en la exposición John Lennon & Yoko Ono: Suite 1742 (Fotografía: Lucía Rodríguez) |
Las fotografías del desarrollo de aquella happening-protesta son de Bruno Vagnini, que en aquella época era un joven de 19 años que estudiaba fotografía y se acercó por el hotel casi estrenando cámara y con un solo carrete de 36. Las imágenes que consiguió captar ese día, con Lennon y Yoko tumbados en la cama de la suite recibiendo a los periodistas para mostrar su repulsa a la guerra y reivindicar la paz, son las que se pueden ver en la sala; al fondo de ella han plantado una cama sobre la que proyectan el vídeo de "Give Peace a Chance", la canción que grabaron y retransmitieron a todo el mundo desde aquella habitación.
Vídeo de la grabación de "Give Peace a Chance"
Sobre las sábanas también proyectan el documental "Bed Peace",
John Lennon & Yoko Ono: Suite 1742 (Fotografía: Lucía Rodríguez) |
mientras que carteles con la leyenda "War is Over" ocupan la pared a modo de gigantesco cabecero. Al fijarme en ellos recuerdo lo que le gustaban los Beatles a Mafalda, los posters de los de Liverpool que decoraban su dormitorio, y me doy cuenta de que, en cierto modo, ambas exposiciones están unidas.
Mafalda, 50 años (Fotografía: Lucía Rodríguez) |
Mafalda. 50 años
Del 11 de diciembre al 15 de febrero de 2015.
Martes a sábado: 11:00 a 14:00 y 17:00 a 21:00 horas
Domingos y festivos: 12:00 a 14:00 y 16:00 a 19:30 horas
Lunes cerrado
Sala 017 La Térmica
John Lennon & Yoko Ono: Suite 1742
Del 23 de enero al 23 de marzo de 2015
Martes a sábado: 11:00 a 14:00 y 17:00 a 21:00
Domingos y festivos: 12:00 a 14:00 y 16:00 a 19:30
Sala 014 La Térmica
Desconocía la faceta de mercader de Pedro, a ver si el próximo primero de mes nos pilla de Málaga y no me lo pierdo.
ResponderEliminarJejeje. Nos gustará verte por allí. El siguiente rastro es el domingo 1 de marzo. Hay 30 puestos, así que entre estos y las exposiciones tienes para echar la mañana.
ResponderEliminarSaludos.