viernes, 17 de mayo de 2013

¡¡A LAS BARRICADAS!!


 Leo el artículo de Iker Seisdedos en El País de hoy y me entran los siete males. Ya el título te encrespa de por sí (Almarcegui llena de escombros el pabellón español en Venecia), pero es ver la foto que lo acompaña y perlársete la frente de un sudor frío, de esos que producen escalofríos.


Aspecto del pabellón español en la Bienal de Venecia


 Vale que la artista zaragozana Lara Almarcegui haya querido reflejar que España está para el derribo, pero es que resulta que no es eso lo que ha querido escenificar. El artículo dice que  la artista ha descartado dobles lecturas sobre el hecho de que España envíe al mundial del arte contemporáneo una montaña de escombros de más de cuatro metros de altura. "No se trata de una reflexión sobre la burbuja inmobiliaria o la crisis; desgraciadamente, problemas como esos hay en todas partes y no solo en España".
 Según el articulista, es la búsqueda de la "poética del escombro" y "la fascinación por los descampados" lo que ha caracterizado el trabajo de Lara Almarcegui (que reside en Holanda y es una habitual del circuito europeo de exposiciones), un trabajo derivado del land art, término que he tenido que buscar en ¿Qué estás mirando? 150 años de Arte Moderno en un abrir y cerrar de ojos, el libro de Will Gompertz que me regaló Pedro por el día de algo o por gusto y que todavía no he tenido tiempo de leer.





 Allí, en la página 367 y 368, leo ahora que el land art es una rama del arte conceptual que estuvo muy en boga a finales de la década de los sesenta y principios de los setenta (por cierto, acabo de acordarme que lo de land art ya me sonaba del artículo del blog de Iñigo Navarro (Diferencias entre Body y Land art), aquel genial de las deposiciones en el campo).
 Will Gompertz escribe que el ejemplo más conocido de land art es Malecón espiral (Spiral Jetty, 1970), de Robert Smithson, una escultura monumental hecha de arena en el Great Salt Lake de Utah (donde los mormones de mi querido Brandon Flowers), arena que fue extraída de las rocas de basalto negro que pueblan la zona. "Es un camino sublime que no conduce a ninguna parte y que parece un cruce entre una oreja humana, una nota musical y el caparazón de un caracol". 




 Sol Le Witt dijo que "El arte conceptual es bueno sólo si la idea es buena". Descartada la metáfora de la situación española, lo demás no me convence.
 Y además nos informan que el proyecto, apoyado por Acción Cultural Española (AC/E), ha costado unos 400.000 euros, la mitad del coste del de Dora García de la última Bienal (¡Qué baratito! Encima ahorrando).
 ¡¡¿¿400.000 euros??!!
 Lo dicho: ¡¡¡A LAS BARRICADAS!!!

3 comentarios:

  1. ¡Desde luego que hierve la sangre...!
    ¡¡Esto merece un CONTRAATAQUE en toda regla!!

    Todos los visitantes que fueran a ver la Bienal de Venecia deberían coger piedras de nuestro pabellón para luego tirárselas a todos los responsables de que este proyecto español haya salido adelante. ¡Así aprenderían!

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  2. ¿400.000euros llevar un camión de escombro a Venecia? Tal y como está el precio del gasoil, me parece hasta barato!

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    1. ¡¡Jajaja!! Qué va Toni, no ha hecho falta ni camión. Han recogido los desechos en la planta de reciclaje de escombros de Venecia y los han trasladado por barco al pabellón español. En góndola tenían que dar un montón de viajes.
      Por cierto, que la Bienal de Venecia se inaugura a finales de mes, lo que presentaron el jueves en Madrid fue el proyecto.

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